El
enojo de Manuela Mancini no es un enojo más que pasajero que le puede agarrar a
una persona en particular, sino que es la expresión de un colectivo importante
de personas que ya no soportan la escasez de cajeros automáticos en la región.
La
vecina contó indignada que “no sé
si a ustedes le pasa, pero yo estoy harta de no poder cobrar cuando
corresponde” y agregó que “ayer fui al banco provincia de 7 y 70. De 4 cajeros
funcionaban 2, una hora cola, hasta que no funcionaron más”.
El periplo de la vecino no terminó allí. “Me
tuve que retirar y me fui al de la unidad 9, 76 entre 11 y 12, pero no
funcionaba. De ahí al Hospital de Niños, 14 y 66, no había dinero. Fui a la
estación de servicio de 7 y 85 pero no funcionaba”.
Al día siguiente Manuela intentó mejor suerte
en cajero que funciona junto al surtido en 7 y 85 pero no tuvo fortuna. “Media
hora de cola hasta que alguien dice se cayó el sistema” sentenció muy enojada.
Sobre la necesidad de contar con más cajeros a
lo largo de los años hubo infinidad de voces y de gestiones. Cuando se
liberaron los cajeros móviles que el Banco Provincia había destina en 7 y 90, junto
a la garita policial, luego del arreglo del que ahora funciona en 7 y 85, fue la
concejala de Villa Elvira, Yanina Lamberti la que solicitó vía Concejo
Deliberante, la restitución, pero no fue escuchada.
Para finalizar, la vecina que cada mes pasa las
mismas vicisitudes que el resto de los moradores de Villa Elvira, se lamentó
que “tengo que hacer turismo por toda la ciudad buscando cajero para cobrar. El
mes pasado me fui al Banco Provincia Central (6 y 46) donde hay como 10 cajeros
o más, andaban dos, una vergüenza como nos usan perdón, pero estoy harta por no
decir cosas peores”.