Con
el paso de los años se hizo cada vez más normal que con la plata del conjunto el
Municipio corte el pasto de los frentes de las viviendas, siendo el frentista
el responsable de mantener su vereda. La gestión de Julio Garro gasta millones en
un gasto y personal que podría destinarse a otras tareas.
El
mantenimiento de veredas donde el pasto abunda y es el Municipio que lo corta
le imprime un gasto importante a la administración comunal, dada cuenta la hora
laboral del empleado, el uso de bolsas, maquinarias, combustibles, aceites, y
tanzas, sin contar traslados, desgaste de materiales, etc.
Claro está
que el corte en el espacio público es obligatorio para la Municipalidad y es
entendible que se mantenga el corte en espacios donde hay zanjas para permitir
el escurrimiento de agua y hacia el lado de la calle.
De todas formas, no todas las cuadrillas del Municipio operan de la misma manera ni les sobra el material de trabajo para cortar frentes de domicilios y se limitan a trabajar en el espacio público. Lo que está claro que lo que comenzó durante la gestión de Pablo Bruera tiene su continuidad al presente y en ninguna legislación dice que el Municipio tiene que cortar el pasto.
Claro
está que muchos vecinos pensarán que el Municipio tiene la obligación de cortar
el pasto de la vereda, pero no habiendo legislación alguna, salvo alguna letra
chica en la tasa ABL donde se encuentre alguna definición al caso, se está
malgastando la plata del conjunto.