Así están las calles de Villa Elvira a quince minutos del centro


   Aquel que no ha pisado el barro nunca va entender de qué se trata. Imaginarse con anticipación que el lodo en la puerta de su casa producto de la tormenta que se avecina no permitirá sacar el auto para ir a trabajar es un tema recurrente en la mente del vecino que pasa por esa situación.
3 y 97


   Entrar despacito, esquivando pozos y repetir la dinámica cuando uno abandona su hogar. En esos barrios por la general las veredas no existe. O son muy angostas porque el destino o la improvisación de aperturas de calles no las tuvieron en cuenta.
   Para el caminante… mamita, bolsas en los pies de grandes y chicos. El polvo adentro de la casa es algo de todos los días y los muebles sucios no son por voluntad propia. En esos barrios, menos el Municipio, siempre se consigue tosca o calcáreo, más tosca que calcáreo, para tirarle y que no se hunda con los pozos. Siempre falta para el camión…y para desparramarla.
   Por lo general, el deshecho de zanja, esa mugre compuesta de barro, basura y totoras, que sacan aquellos que limpiaron por años queda alojado al borde de los conductos y produce una cierta montañita que por lo general es dejado del lado de la calle provocando minis murallones que no permiten el drenaje del agua y que quede en las arterías de barro.
   Las aguas con el barro no van. Hacen pozos. Algo similar pasa con la tierra colorada, un producto muy utilizado en el último tiempo, absorbe, pero queda patinosa. Han dejado calles con tierra colorada y no volvieron más, sino preguntenlé a los de 122 al fondo.
  La descripción de vivir en calle de tierra es similar en todos lados. Los micros por allí no pasan, la policía no recorre, las ambulancias no entran, y te van a buscar los remises de la zona únicamente.
  Aquel que vivió en el centro y que compró a un valor de diez veces menos el metro cuadrado que en el Barrio de La Loma o Meridiano vto, hoy quiere que a su loteo le lleguen los servicios, el asfalto y la urbanización que aún no tienen vecinos que estás a quince minutos del centro.
  Se atiende calles altamente transitadas y que tengan conectividad. Después no se ha conocido un plan de arterias nuevas para Villa Elvira. La última calle que se abrió fue en Villa Alba y en un lote usurpado previo a las elecciones. Le fue muy bien al oficialismo ahí.
  Por ejemplo, 3 y 97 en el barrio de Villa Montoro, donde la vecina afirma “hace tiempo que necesitamos una respuesta” es el claro reflejo de lo que no se hace. Bueno, en 120 y 600, cortaron una calle para hacer un cruce de caños, como no llegaron abandonaron la obra, sin caños y con un pozo donde se cayó un patrullero.
  Volviendo a Villa Montoro la arteria que es puro barro, con un pozo enorme en la esquina de la casa, con la calle más baja que las zanjas y a diez minutos del centro, es una clara muestra de lo que no se hace, no se planifica y no se tiene en cuenta.
   Claro está que hoy hay una pandemia. Que por supuesto todo el presupuesto está volcado a afrontar la crisis del coronavirus. Pero cuando pase la intendencia debería dejar atrás el marqueting y la publicidad para encarar a una Villa Elvira en crecimiento. De todas formas, mal no le fue a Julio Garro en la última elección en la localidad.