A veces, muchas
veces, cuando la gente se tiene que quejar lo hace con total libertad en temas
que le molestan. En este caso una nota publicada por el Diario El Día, refleja
el reclamo de un vecino que se queja de montículos que llevan días sobre la
vereda.
El punto es, por lo que se puede observar, son bolsones que contienen tierra colorada, arena
y en otros con piedras y mampostería. Es decir, lo que la persona del lugar
tiene para construir y retirar de su domicilio intentando no perjudicar al
resto de las personas, genera el repudio y la queja
del otro, marcando que en la ciudad no todos tienen los mismos problemas.
Es verdad que están
en la vía pública, que el vecino que lo reclama está en su derecho y que los
bolsones son un obstáculo para personas, por ejemplo, de visión recortada o
nula.
Lo que llama la
atención que ante el cuidado del que construye porque lo hace de
manera ordenada, el cual seguramente por la pandemia no ha tenido el personal
para remover los bolsones, recibe la reprimenda de otro que lo saca en el diario más antiguo de la ciudad.
La nota sorprende porque nos hemos acostumbrado a esquivar pilas y pilas de arena,
escombros, tierra sobre las veredas, y resulta asombrosa la queja sobre el material embolsados que obstruye parte de la vereda pública, sin reparar en estas cuestiones del respeto por el otro y los lugares comunes.