Advierten a comerciantes que un grupo de Colombianos ofrecen préstamos
pagaderos a diario y que la modalidad se llama “gota a gota” y que tendrían
vínculos con el lavado de dinero. Se paga a diario y tienen altas tasas. La Procuraduría
de Criminalidad Económica y Lavado de Activos, realiza anuncios para que no
liguen con las ofertas.
La noticia fue
difundida hace unos días y dicen que la oferta recorrió varios comercios de la
ciudad, desde la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos
(Procelac), los préstamos “gota a gota” o por “goteo” son una modalidad que
llegó a Argentina y a otros países limítrofes desde Colombia. Los especialistas
aseguran que originalmente el mecanismo fue ideado por los carteles de
narcotráfico que usaban esta modalidad para blanquear dinero.
Una de las propuestas
a la que accedió este portal ofrece montos desde 10 mil hasta 100 mil pesos,
con una tasa de interés del 32% si se devuelve en un mes y del 62% si el
crédito es a 60 días. Quienes lo toman deben abonar una suma fija todos los
días a cobradores encargados de recorrer los comercios.
“Son carísimos pero
con esta malaria a algunos no les queda otra. Por ejemplo, si se te rompe una
heladera cómo hacés para cambiarla. Conozco a comerciantes que acuden a estos
préstamos y después los devuelven como pueden con la recaudación diaria”,
relató Rubén y agregó: “Tampoco hay mucha diferencia con lo que cobran las
tarjetas de crédito o las casas de microcrédito legales”.
El tomador de estos
créditos informales firma un pequeño papel en el que anotan su nombre, la suma
que le dieron y debajo aparecen los casilleros de todos los días durante los
cuales deberá pagar las cuotas.
Más allá de la
tasa, la Procelac advirtió que los préstamos “gota a gota” son “una modalidad
de usura que pone en riesgo no sólo el patrimonio de los eventuales
damnificados, sino también la integridad física y hasta la propia vida en caso
de incumplimiento”.
En causas que están
en trámite en la localidad bonaerense de Quilmes, en Córdoba y Corrientes, el
cobro de las cuotas se realizó a través de los denominados “rompehuesos”,
matones contratados por las organizaciones para castigar a los deudores.
La Procelac también
hace hincapié en que “la persona que accede a este tipo de préstamos queda
‘atrapada’ en medio de un circuito usurero y, ante el incumplimiento, la
organización despliega una metodología de cobro no exenta de violencia, que
incluye hostigamientos, amenazas y hasta el uso de violencia física”.
“Ante la
imposibilidad de cancelar el préstamo, la activa un mecanismo de coacción, es
decir, el deudor debe ‘conseguir’ el ingreso de un nuevo cliente para poner fin
a la cadena de hostigamiento de la que es víctima”, alertó el organismo.