Un pacto para vivir: Garro, Molla y Barbier


 En una radio Garro se acordó de Molla. No contó por qué en Villa Elvira no se hacen las obras del Maldonado y se olvidó en mencionar cómo terminó la historia.



  En un programa radial, el intendente platense, Julio Garro, rememoró sus comienzos en la gestión y mencionó una situación que involucra a un ex delegado comunal de Villa Elvira, al cual echó ni bien finalizó la tormenta. 
   En el programa “Que vuelva Carlos” de FM 96.5 mhz, el Intendente hizo un repaso de los primeros años de gestión, las inversiones en infraestructura hidráulica  y entre las anécdotas mencionó un caso muy particular que tiene relación con la localidad.
   En ese sentido, Julio Garró recordó una anécdota donde la situó en “hace un par de años” por lo que da por suponer que se al referirse luego a un administrador comunal, es casi con seguridad que se refería a Federico Molla.
   El Intendente contaba cómo se iban enterando de la situación de los arroyos en un comienzo y antes de la colocación de pluviómetros que lanzan la alerta temprana en caso de rebalse.
   Entonces, el primer mandatario resaltó en los micrófonos de la emisora que “un delegado de Villa Elvira, el día de una tormenta muy fuerte iba colocando un palo y un metro y me pasaba los datos de cómo estaba uno de los arroyos”.
    Existen dos datos puntuales para inferir que se trataba del actual director de la delegación Pami Villa Elvira. En primer término por la fecha de referencia que acusa Garro y en segundo lugar, porque durante toda la gestión de Cambiemos en la ciudad, de los cuatro delegados que tuvo la administración, no solamente Molla fue el que más duró, sino que también fue el único que salía a recorrer algunos barrios.
    La gran tormenta se puede citar en mayo de 2018, en la cual cayeron más de 200 milímetros en pocas horas haciendo que el arroyo Maldonado vuelva a inundar la localidad y mientras Oscar Negrelli peleaba a los vecinos de Montoro frente a los micrófonos de América y Crónica Tv, fue el propio Julio Garro el que echó a Molla de la delegación.
   En aquella ocasión, luego de que los vecinos se acercaran a 7 y 82 para pedir explicaciones por la falta de obras, las cuales aún no se hicieron, y la falta de mantenimiento de los caudales en la región, sumado al reclamo de los empleados  y las turbulencias que se vivían a diario en la administración, Federico Molla dejó su cargo en poder del Guillermo Ferlín.
   La secuencia de hechos desencadenaron la salida que luego, con el paso del tiempo, se trató de matizar anunciando que el delegado luego de la inundación en la localidad, había puesto en consideración su renuncia, liberando a Garro para que haga uso de su puesto de trabajo, dada cuenta que tenía “justamente” una oferta mejor laboral en el cargo que actualmente ocupa en el Pami de 122.
   El conchabo conseguido fue por gestión de Luis Barbier, casi ocho meses después de su salida, el jefe político de Molla en Juntos por el Cambio. Luiggi es el responsable de las toma de decisiones políticas que tienen que ver con la localidad, como por ejemplo que en obras hidráulicas en la Villa Elvira no hayan llegado al 1% comparado con el resto de la ciudad.
   Lo bueno de todo esto, entre los pactos y acuerdos que tiene Barbier en la región, y mire que se comenta que son muchos y con una gran cantidad de dirigentes peronistas, debe tener junto a Julio Garro, un acuerdo con Dios. Porque los 235 mm que cayeron hace unos días cayeron fraccionados en 24 horas por de haber sido en la mitad de tiempo, ni todas las campanas, alertas, ni un delegado con un palito hubieran salvado a la localidad de una nueva inundación. Pero de eso no se habla.