La
marginalidad de vivir en localidades que no son parte del centro de la ciudad y
que escapan a todo tipo de la fiscalización por parte de Control Urbano, hace que los
vecinos deban desarrollar todos los sentidos y tomar precauciones para
transitar por ejemplo en Villa Elvira.
Parece una mala costumbre, una mala
intención, el caminar de los transeúntes por las calles habiendo veredas.
Quizás es el mal de crecer sin vereditas angostas o ausentes que hicieron al
villaelvirense caminante de las calles.
Pero el desarrollo trajo hace casi 20 años,
al menos en el casco de la localidad de 72 a 90, que la mayoría de sus calles
fueron asfaltadas. En año 2000 a la mayoría de las calles se les dio el sentido
de circulación y otras quedaron en manos y contramanos. En un amplio plan de modernización encarado
durante la gestión de Julio Alak fueron colocados, por única vez en años, los
nomencladores en las esquinas de los barrios. Hoy ya no quedan muchos porque se
fueron cayendo y no fueron repuestos.
En estos años la gran preocupación de los
vecinos son los autos y motos que no respetan el sentido de circulación sino
las altas velocidades que desarrollan en calles internas de la localidad
generando una cantidad enorme de accidentes que no toman estado público pero
que ocurren a diario.
Hace algunos días, en la zona de barrio Pami
de 116 y 74 hubo un choque y vuelco bien al estilo de película. No hace mucho
tiempo atrás, en 118 y 75 ocurrió otro hecho similar. Y las noticias sobre
choques y vuelcos se van sucediendo como ocurrió en 4 y 73 en el mes de junio.
En la zona del Dia%, los vecinos ya no saben
cómo hacer para prevenir accidentes y controlar el tránsito. Señalan que en 121
de 78 a 79,79 de 120 a 122, y 78 de 120 a 122, no respetan los sentidos,
circulan a altas velocidades y los frentistas estacionan en cualquier lugar no
permitiendo la circulación.
Llegar al centro de la ciudad para ver
inspectores en cada cuadra anotando la infracción y el personal del
recaudatorio sistema de estacionamiento medido hacen pensar que en estos
momentos prima más el dinero que las vidas humanas.