Agencia Nova- Un reciente estudio interdisciplinario sobre violencia doméstica promovido por el Tribunal de Familia N° 2 de La Plata arrojó que predominan en casos de violencia familiar las víctimas menores de 29 años, con estudios primarios completos, y problemas de ocupación laboral, siendo también novedoso que uno de cada cinco casos sucede en pleno casco urbano.
En las conclusiones del estudio -al que NOVA accedió en forma exclusiva - se señaló que “a mayor edad, mayor es el grado de dependencia como elemento que impide la ruptura de la situación” y que “la mayor cantidad de casos aparece en la franja de edad de adulto joven, con más posibilidades de abordar nuevas relaciones o proyectos de vida”
Al decir del informe los denunciantes se ubican en la franja etárea entre los 18 y los 29 años con un 37,7 por ciento de los casos; seguidos de aquellos que tienen entre 30 y 39, con un 28,8 por ciento y de 40 y 49 en el 17,7 del total.
En cuanto a las zonas donde se producen más denuncias, Villa Elvira y el casco urbano concentran casi el 50 por ciento, con el 22 y el 23 por ciento respectivamente. En sentido descendente siguen zonas como Los Hornos, con el 18 por ciento y Melchor Romero con el 11 por ciento.
Para el Tribunal, presidido Graciela Inés Barcos e integrado por Silvia Andrea Mendilaharzo y Hugo Adrián Rondina, “no resulta indiferente que casi la mitad de los denunciantes se hallen en la franja que sólo ha cursado estudios primarios completos o incompletos, así como que la escasa incidencia de personas sin siquiera tal meta se hallen en la masa silenciosa de quienes no acceden a la posibilidad de la protección de sus derechos”.
El estudio fue de carácter interdisciplinario y del cual participaron abogados, psicólogos, trabajadores sociales y empleados judiciales y se tomó el universo de 140 casos iniciados por derivación de la Comisaría de la Mujer de La Plata, entre los meses de Febrero a Abril de 2009.
El objetivo fue el de determinar “con mayor precisión que la existente y desde un plano muy poco explorado, algunas de las razones que hacen que la problemática de la violencia familiar constituya aún un drama social sin la respuesta adecuada que la misma exige”.
“Se evidencia una cuestión de género con incidencia de estereotipos y de un modelo cultural rígido” reza el informe que explica que “en cuanto a la nacionalidad de los o las denunciantes aparece el primer silencio (sobre el cual) incide la cuestión cultural de origen, la indocumentación y la distancia en la ausencia de un número significativo de inmigrantes en este apartado”.
“Entre los denunciantes que se hallan sin trabajo y aquellos que sólo poseen uno de carácter irregular – se agregó- se llega a las dos terceras partes del total de la muestra. Escaso acceso a la información, dependencia económica y/o pobreza, son parte de un cuadro preocupante”.
Asimismo, se detalló que en más del 80 por ciento de los casos se verifica la existencia de hijos en la familia en conflicto y en el 85 por ciento la relación entre denunciantes y denunciados es o ha sido de pareja, constituyendo el concubinato el sector de mayor incidencia, con más del 60 por ciento.
Formas de violencia
En el informe se asegura que “las adicciones no siempre son referidas, cobrando relevancia quizás, su naturalización u ocultamiento” y que “en aquellos casos donde son señaladas como un factor de importancia, el alcohol alcanza al 90 por ciento del total”.
En otro orden se aclara que “la distancia en forma evidente es uno de los obstáculos del acceso de las víctimas al sistema de protección. Barrios humildes, extensos, populosos y cercanos son focos de concentración de la problemática”.
“Entre los tipos de violencia denunciadas -se afirmó- predomina la física y psicológica, alcanzando las mismas la casi totalidad de los hechos que originaran las denuncias”.
En los casos analizados por el Tribunal en su estudio “no se advierte un correcto asesoramiento acerca de las posibilidades de que dispone el denunciante (el 40 por ciento requiere un perímetro de exclusión o exclusión del hogar y solo el 8 por ciento solicita la fijación de una cuota de alimentos en tales casos)”.
Se ve con claridad una práctica generalizada en la recepción de denuncias que conduce a caracterizar como violencia familiar casos que en forma evidente no lo son. Se desconoce el alcance de las denuncias, lo necesario para que las mismas tengan un correlato procesal y no existe acompañamiento, asistencia jurídica ni sostén emocional para la víctima.
En las conclusiones del estudio -al que NOVA accedió en forma exclusiva - se señaló que “a mayor edad, mayor es el grado de dependencia como elemento que impide la ruptura de la situación” y que “la mayor cantidad de casos aparece en la franja de edad de adulto joven, con más posibilidades de abordar nuevas relaciones o proyectos de vida”
Al decir del informe los denunciantes se ubican en la franja etárea entre los 18 y los 29 años con un 37,7 por ciento de los casos; seguidos de aquellos que tienen entre 30 y 39, con un 28,8 por ciento y de 40 y 49 en el 17,7 del total.
En cuanto a las zonas donde se producen más denuncias, Villa Elvira y el casco urbano concentran casi el 50 por ciento, con el 22 y el 23 por ciento respectivamente. En sentido descendente siguen zonas como Los Hornos, con el 18 por ciento y Melchor Romero con el 11 por ciento.
Para el Tribunal, presidido Graciela Inés Barcos e integrado por Silvia Andrea Mendilaharzo y Hugo Adrián Rondina, “no resulta indiferente que casi la mitad de los denunciantes se hallen en la franja que sólo ha cursado estudios primarios completos o incompletos, así como que la escasa incidencia de personas sin siquiera tal meta se hallen en la masa silenciosa de quienes no acceden a la posibilidad de la protección de sus derechos”.
El estudio fue de carácter interdisciplinario y del cual participaron abogados, psicólogos, trabajadores sociales y empleados judiciales y se tomó el universo de 140 casos iniciados por derivación de la Comisaría de la Mujer de La Plata, entre los meses de Febrero a Abril de 2009.
El objetivo fue el de determinar “con mayor precisión que la existente y desde un plano muy poco explorado, algunas de las razones que hacen que la problemática de la violencia familiar constituya aún un drama social sin la respuesta adecuada que la misma exige”.
“Se evidencia una cuestión de género con incidencia de estereotipos y de un modelo cultural rígido” reza el informe que explica que “en cuanto a la nacionalidad de los o las denunciantes aparece el primer silencio (sobre el cual) incide la cuestión cultural de origen, la indocumentación y la distancia en la ausencia de un número significativo de inmigrantes en este apartado”.
“Entre los denunciantes que se hallan sin trabajo y aquellos que sólo poseen uno de carácter irregular – se agregó- se llega a las dos terceras partes del total de la muestra. Escaso acceso a la información, dependencia económica y/o pobreza, son parte de un cuadro preocupante”.
Asimismo, se detalló que en más del 80 por ciento de los casos se verifica la existencia de hijos en la familia en conflicto y en el 85 por ciento la relación entre denunciantes y denunciados es o ha sido de pareja, constituyendo el concubinato el sector de mayor incidencia, con más del 60 por ciento.
Formas de violencia
En el informe se asegura que “las adicciones no siempre son referidas, cobrando relevancia quizás, su naturalización u ocultamiento” y que “en aquellos casos donde son señaladas como un factor de importancia, el alcohol alcanza al 90 por ciento del total”.
En otro orden se aclara que “la distancia en forma evidente es uno de los obstáculos del acceso de las víctimas al sistema de protección. Barrios humildes, extensos, populosos y cercanos son focos de concentración de la problemática”.
“Entre los tipos de violencia denunciadas -se afirmó- predomina la física y psicológica, alcanzando las mismas la casi totalidad de los hechos que originaran las denuncias”.
En los casos analizados por el Tribunal en su estudio “no se advierte un correcto asesoramiento acerca de las posibilidades de que dispone el denunciante (el 40 por ciento requiere un perímetro de exclusión o exclusión del hogar y solo el 8 por ciento solicita la fijación de una cuota de alimentos en tales casos)”.
Se ve con claridad una práctica generalizada en la recepción de denuncias que conduce a caracterizar como violencia familiar casos que en forma evidente no lo son. Se desconoce el alcance de las denuncias, lo necesario para que las mismas tengan un correlato procesal y no existe acompañamiento, asistencia jurídica ni sostén emocional para la víctima.