Reclamos de refugios en las paradas de colectivos

 Los vecinos se merecen un servicio y cuidada acorde a las necesidades, lo cual significaría un salto abandonar las viejas paradas para dotarlas de refugios que amparen y protejan con botones antipánico. 

Foto de archivo

 

Uno de los grandes olvidados de la gestión de Julio Garro son los trabajadores que todos los días se deben movilizar a sus trabajos en colectivos haciendo la cola sin ninguna clase de refugio.

A la intemperie, llueva, truene o caiga granizo, los laburantes de la localidad esperan los colectivos a la vera de las avenidas, sin ninguna clase de reparos.

En 12 bis y 82, Mariela demostró su preocupación porque cada mañana debe esperar el micro Este en Barrio Monasterio, sin tener un amparo. Al respecto la vecina declaró que “pedimos al intendente (Julio Garro) que tenga piedad en los vecinos del barrio que usamos las paradas del barrio, que aquí son muy necesarios los refugios”.

Cabe destacar, que las paradas de colectivos a lo largo y ancho del Monasterio están alejadas de las viviendas por lo que la espera resulta a la intemperie, sin ninguna clase de amparo para los vecinos.

No solamente trabajadores esperan el transporte en el lugar a la madrugada, sino que allí se movilizan familias, estudiantes, abuelos, la sociedad plena utiliza o ha utilizado el colectivo, conociendo las difíciles situaciones que se repiten a diario.

El Municipio debería estudiar la posibilidad de dotar a las delegaciones de los medios para satisfacer la necesidad de los vecinos destinando no solamente garitas con cuatro patas y un techo de chapa, sino verdaderos refugios, vidriados e iluminados que sirvan para la contención vecinal.