Cientos de anécdotas tienen su relato a partir de los dichos
de vecinos que corren de boca en boca y que pronto logran una masividad que pocos
conocen de su destino. Quizás sea el caso de Javier Da Costa, del barrio de
Villa Alba que su derrotero entre un amplio de grupo de trabajadores y funcionarios
no tuvo un final feliz, pero si una respuesta a las necesidades que allí
atraviesan.
Hace exactamente una semana Javier encontró que trabajadores
del Municipio se encontraban cavando pozos a lo largo de la 604. Para saber de
qué se trataba se acercó a los trabajadores e indagó los motivos. Pronto serán
colocadas luces LED a lo largo de un amplio trayecto, oscuro hace muchos años,
pero que será bendecido con las novedosas luminarias.
De la misma manera que Cristóbal Colón encantaba a los
pobladores americanos con espejitos de colores, el intendente Garro aprovecha
el año electoral para acercar luminarias a barrios apartados del centro y que
carecen de toda clase de servicios municipales.
Fue así que Javier, consultó a un operario quién era el
encargado de destapar zanjas y además alertar a los trabajadores sobre la
precariedad del cableado que existe en el lugar. Al interrogar al primer trabajador
municipal si también podían destapar los conductos, llevan años sin que el agua
pueda correr normalmente por las zanjas, este le contestó que no.
Fue así que, a su paso, cámara en mano, siguió preguntando. ¿Es
usted, señor? ¡¡¡No, señor!!!; pues entonces quién destapa, se preguntó. Entre
los trabajadores estaba el capataz de los “cavadores de pozos”. Y Javier volvió
a investigar: ¿Es usted, señor? ¡¡¡No, señor!!!; pues entonces quién destapa,
se volvió preguntar.
Mientras que los pozos se seguían cavando, siempre que hay
una cámara aparece, asomó la figura del concejal macrista Federico Molla, en
compañía de su grupo de trabajo. No estaba el delegado, Carlos Vaccaro, que
quizás es más ajeno a las fotos y ha perdido lugar entre las simpatías del edil.
Allá fue Javier. Disculpe explotó: ¿Es usted, señor? ¡¡¡No,
señor!!!; pues entonces quién destapa, se preguntó una y mil veces. Al que lo
acompañaba, a la que sacaba fotos, al chofer, y hasta un vecino que por allí pasaba
quiso consultar para saber quién iba a limpiar las zanjas en 604.
Cansado de tanto derrotero, esquivando el barrio de las
calles y la basura acumulada en la esquina de su hogar, con la respuesta clara de que nadie iba a atender su reclamo y decidió escribir a NVE
para contar lo sucedido y preguntó: ¿Es usted, señor?.