El oficialismo empezó a jugar sus cartas internas de cara a la próxima elección. Al intendente, Julio Garro, le marcaron la cancha y expusieron a Ileana Cid. La presidenta del Concejo no puede afirmarse en los barrios de la región y empieza a perder apoyo, según publicó Nova La Plata.
En la anterior sesión del Concejo Deliberante local, fue el propio Intendente quién debió vetar una ordenanza que el propio bloque de Juntos por el Cambio había votado afirmativamente. Más allá de que la intención de Julio Garro no era permitir la instalación de una compostera en la rambla de 8 y 60, el bloque oficialista votó a favor.
Más allá de que el presidente del bloque oficialista es el radical, Claudio Frangul, en el conclave del Ejecutivo la primera voz la tiene Ileana Cid, que en este caso naufragó en un tema sencillo de resolución dada cuenta que el oficialismo cuenta con la mayoría absoluta.
Hacia afuera fue una gestión que el Garro entendió que no correspondía y que decidió vetarla. Pero para el adentro que ese proyecto presentado por la oposición, que no quería el Intendente y que fuera aprobada por la mayoría significó un llamado de atención en la firmeza que tiene Cid para comandar el Cuerpo deliberativo.
En lo que respecta a la región el armado territorial de Ileana Cid es muy raquítico y apenas visita o convive en espacios prestados que sus punteros o allegados consiguen para mostrar militancia territorial.
En ese sentido, trascendió un inconformismo mayúsculo por parte de estructuras afines que no han recibido las promesas emanadas en la construcción política, y que ya están en diálogo con otros dos sectores del entramado oficialista que tienen recursos para allanar cualquier incumplimiento.
Por más que la actual Presidenta tenga el apoyo principalmente de Julio Garro para encabezar la lista legislativa venidera y el acompañamiento de la estructura política y económica que ha logrado generar su esposo, Julio Casanovas, desde su dirección del Mercado Central, no tiene ninguna silla asegurada y así se lo hicieron saber a Garro sus propios socios.