En una recorrida
realizada por Barrio Monasterio por NVE se pudo observar que el problema crónico
de los basurales en las viejas playas de estacionamiento sigue perjudicando a
los vecinos del lugar. También es notoria la falta de iluminación y poda en amplios
sectores. Vecinos comentaron que en los últimos tiempos recrudeció la ola
delictiva y que no tienen respuestas de la Comisaría 8va.
Monasterio está
como sostenido en el tiempo. Los basurales crónicos a lo largo y ancho de su
entrelazada fisonomía que abarca de 78 a 85 de 12 bis a 10, siguen teniendo, aunque
pasen los años, los mismos problemas crónicos que lamentablemente no han
encontrado ninguna solución.
Desde los viejos
debates que se realizaban en el SUM de 11 y 82 hace 25 o 30 años, son los
mismos que perduran hoy en día. La inseguridad en primer término. Se buscó
emplazar garitas de vigilancia, estuvo la montada mucho tiempo y hoy los
vecinos que claman por la presencia de patrulleros, enrejan los edificios,
ponen cámaras y alarmas doquier.
Los motochorros
siguen estando. Es más, muchos temen de las mismas juntas que operaran por las
noches y que no respetan a los viejos moradores. Según lo que contó Teresa, una
vecina de años en el lugar, la policía ya no acude a los llamados para al menos
intimidar a los ruidosos. “Diga que yo tengo muchos años sino otra hubiese sido
la historia con estos pende… s maleducados”, dijo la vecina molesta.
Con lo que tiene que ver con el mantenimiento de la poda o despunte es notorio el abandono, no solamente desde el último año sino de varias jornadas sin que se poden los viejos y añosos árboles. El despunte tampoco es una cualidad y, en estos tiempos, las hojas son parte del panorama. Lo más curioso es el corte de pasto. Siempre el sector de 78 a 80 de 10 a 12 es el ultimo en cortarse y casi siempre está largo como si algunas veces lo esquivaran.
El asfalto presenta roturas en varias calles. Transita por calle 10 es ir al saltito y a la altura de 82 ya se torna peligroso para aquel que transite en moto o bicicleta. Las interminables pérdidas de agua siguen su viejo rumbo en el cruce de la 80 que se rompe y lo vuelven a arreglar.
Para agregar en el tema de la basura, en 85 entre 12 y 12 bis o de 12 bis de 80 a 85, el reclamo constante de los moradores del lugar es que "parece la frontera acá, porque del lado de Altos de San Lorenzo, a la mañana cuando vienen a tomar el micro lo hacen con la bolsa de basura en la mano y la tiran acá en el barrio".
Ya sea por 12 bis,
10, o calles internas del lugar se observan en las viejas dársenas construidas
para albergar los autos de los pobladores que a esta altura prefieren en lo
posible guardar los coches debajo de la cama a dejarlos lejos del departamento,
florecen los basurales crónicos que nunca han podido ser removidos. Salvo
cuando el Municipio le puso el hombre y el vecino operó en consecuencia
cuidando su propio barrio. A la fecha, la recolección rápida, al voleo, sin una
constante y salteada como cena de pobre, no hace más que perjudicar la
fisonomía del lugar.
Debería el intendente Julio Garro tomar nota de estos
cuestionamientos que realizan los vecinos para que con dedicación y empatía, no solamente
mandando a un concejal oficilialista a verter las viejas promesas de soluciones
a insatisfechos cuestionamiento, más bien, podría trabajar con empatía para
lograr cambios significativos para una población que vive anclada en el tiempo
y encerrada en sus hogares más por el miedo a salir que por la epidemia del
Covid.