La realidad de los barrios de Villa Elvira
más allá de la 90 dejan a las claras una vieja deuda estatal que desnuda la
falta de gestión concreta en cambiarle la realidad de vida de miles de
platenses.
Desde los viejos proyectos de urbanización y
planes de las 1000 cuadras de asfalto propuestas y ejecutadas durante la
gestión de Julio Alak, la región dejó de tener un impulso de urbanización que había
logrado.
Algunas calles más, con un asfalto menos
consistente, más tirando a capas de 5 centímetros de brea, se lograron a través
del Presupuesto Participativo durante la era de Pablo Bruera, para terminar en
los incontables planes de “bacheo”, pan para hoy y hambre para mañana, de la administración
de Julio Garro.
La realidad de los vecinos de 96 entre 11 y
13, que envían fotos para mostrar cómo está su cuadra, de la cual no pueden
salir caminando y lo deben hacer en autos u otras movilidades porque ni veredas
decentes tiene, dejan al desnudo la situación de las calles de la región que
imploran un plan de urbanización que vaya más allá del anuncio.
Así está gran parte de la periferia de la
urbanización. De aquel lugar donde abundan los servicios, las luces andan y a
recolección de basura pasa dos veces al día, al corazón de Villa Elvira, la realidad
contrasta con el discurso.
De todas formas, en las últimas tres elecciones
de los últimos seis años, el intendente Julio Garro ha crecido en popularidad y
tiene el acompañamiento de varios punteros políticos que prefieren salvar su integridad
que pelear por un barrio justo y digno.