La historia de Marcos Pelo, un vecino que viene gambeteando la pandemia

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   La epidemia mundial de Coronavirus ha pulverizado las economías de los países y la Argentina no ha sido la excepción. Los trabajadores informales son los que se llevaron la peor parte. Fue el caso del profesor de king boxing de Barrio Monasterio, Marcos Pelo, que sufrió la cuarentena en medio de una mudanza.

   El reconocido profesor y luchador local, Marcos Pelo, decidió avanzar en la conformación de su nuevo gimnasio trasladándose a principios de éste año de su antiguo local en 12 entre 80 y 81, frente al Barrio Monasterio, a otro multiespacio en avenida 13 entre 78 y 79.


   La historia de Marcos Pelo es de sacrificio. Llevaba hasta acá tres años sin tomarse un día de vacaciones poniendo cada pesito en la compra de materiales para abrir su propio Dojo de artes marciales. Con el comienzo del 2020 su sueño se abrió paso a convertirse en realidad al mudarse al multiespacio de avenida 13 con más de 60 alumnos que eran parte de sus clases.


   En enero de éste año comenzó su sueño de la casa propia, Marcos Pelo contó que “en enero me sale una oportunidad única de abrir mi propio Dojo de Artes Marciales después de 6 años trabajando en relación de dependencia. En febrero de este año alquilo el lugar y con la ayuda de muchos de mis alumnos y mi familia lo ponemos en condiciones para abrir en marzo”.

   En ese sentido, continúo contando: “Arranco de una forma sorprendente con los 4 horarios llenos y gente en lista de espera por el lugar reducido. Alcancé a trabajar 15 días y llegó la cuarentena” y agregó que “de ahí en más mucha depresión por ver como todo el sueño y trabajo estaba en riesgo de esfumarse entre mis dedos sin poder hacer nada para mantenerlo”.

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   Nada ha sido fácil para el entrenador marcial que se tuvo que reinventar, aprovechar los espacios abiertos, buscarles la vuelta a las clases. Estuvo en Instagram manteniendo la continuidad laboral y haciendo peripecias para poder solventar los gastos no solamente de su hogar sino del alquiler del local y las deudas contraídas.

  Para Marcos, este tiempo hubiese sido imposible mantenerse sin el apoyo de sus alumnos y amigos que lo ayudaron a poder pasar todo este tiempo sin poder trabajar. En agradecimiento, en el nuevo edificio en uno de los accesos acompañando el nombre del Dojo se pueden observar cartelitos con los nombres que el profesor ha querido destacar de aquellas personas que lo ayudaron.

  Pronto, cuando la pandemia del coronovirus llegue a su fin, esperemos que sea en el corto tiempo, el “Dojo Marcial Pelo” podrá abrir sus puertas, mientras tanto “marquitos” ha querido agradecer a cada una de las personas que lo ayudan a poder seguir manteniendo no solamente su sueño, sino que remarcar “Nuestro Sueño” en pie.


“Ahora estoy mejor gracias a muchos alumnos que me ayudan mes tras mes a mantenerlo a flote y con ellos voy a estar agradecidos de por vida por la ayuda eternamente agradecido a: Javier Rodriguez, Ezequiel Martinez, Antonela Capurro, Maximiliano Sueldia, Pablo Garro Ivone Guerrero, Juani Mancini, Lian Navarro, Jose Undiano, Valeria Perez, Javier Burzum, Navarro Humberto Principe, Gonzalo Elizondo, Estanislao Karwowski Pucheta, Cesar Marcela Gomez de Pelo, Carlos Juan Carlos Zitaglia, Lautaro Lauti Alberte, Marcelo Chelo Moriconi, Damian Riv, Daniel Albañilería, Maite Bustos, Francisco Labollita, Santiago Ojeda, Santiago Abramo, Daiana Mendez Daan y Rojas Barberis Aylén” finalizó.