A la verdulera de 98 y 120 en breves instantes, mientras fue
hasta el baño y volvió le robaron la balanza. La había comprado en cuotas, la
tiene que seguir pagando, pero debe vender promociones porque no puede pesar la
mercadería para recuperar la inversión. Prácticamente le cortaron las manos.
Alejandra es una vecina de Barrio Villa Montoro que juntó
sus pocos ahorros para abrir una verdulería en un pequeño local junto a su
marido para poder ganarse la vida. La cuarentena obligatoria por la pandemia de
Coronavirus hizo mutar la atención a los vecinos y decidió hacerlo en la puerta
de local.
Utilizando nada más que una mesita para poner la balanza de
precisión y un delantal con bolsillos grandes encaraba cada jornada de trabajo
en la puerta de su local acompañada de los cajones de frutas y verduras.
Al parecer, su accionar fue detectado por al menos dos
delincuentes que esperar al acecho hasta tener la oportunidad de actuar. Y fue
así. Contó la comerciante que en un momento que no estaba despachando tuvo la
necesidad de ir al baño. El acto duró apenas unos minutos, pero fueron
suficientes para que uno de los malhechores se bajara de una moto, tomara la
balanza de precisión y se dieran raudamente a la fuga.
Este tipo de balanzas son bastante caras y Alejandra por el
momento no tiene el dinero para costear una nueva. La que estaba usando la
había comprado en 12 cuotas y recién había alcanzado a pagar la tercera. Queda
claro que deberá abonar las próximas 9 sin tener la balanza en el mostrador.
La labor diaria de esta familia se verá alterada en los próximos
días porque no pueden pesar la mercadería que con el correr de los días se
estará echando a perder porque lo que han decidido ofrecer la mercadería en
bolsones económicos para recuperar la inversión mientras tanto consiguen una
balanza para su local.