En una nota concedida al Diario Hoy de La Plata, Mirta
Jimenez, la mamá de Ezequiel Ulloa, el joven de 14 años que murió el último
viernes en la clínica de la Rivera de Ensenada, denunció mala praxis por parte
del personal médico.
Mirta Noemí Jiménez, madre de Ezequiel y de otros cuatro
chicos más que viven con ella en la zona de Villa Elvira, recibió al diario
Hoy. Con la voz entrecortada por el dolor remarcó a que su hijo “lo abandonaron
en la clínica y solo se preocuparon por atenderlo cuando se había muerto”.
Tras el fallecimiento, además, la municipalidad de Ensenada
emitió un comunicado expresando que al joven se le había detectado coronavirus
por el hisopado que le hicieron tras su deceso.
Aclararon de todos modos que no era un contagio de esa
ciudad, sino que llegó a la clínica con el virus por haberse contagiado en La
Plata. Esta versión fue desacreditada por la familia de Ulloa, cuya madre
(entre lágrimas) criticó con dureza el tratamiento que recibió. “Me quieren
hacer creer que tenía eso, pero es mentira. Él tenía epilepsia, pero hacía una
vida normal. Me lo dejaron morir y después dijeron que tenía ese virus”,
remarcó Mirta.
“El jueves yo lo interné, vino la ambulancia, él volaba de
fiebre y le dolía todo el cuerpo, y no lo querían internar. En el Hospital de
Niños las camas estaban saturadas por la pandemia”, denunció la mujer.
“En la clínica lo atendieron mal, le hicieron abandono de
persona. Ellos me lo mataron en la clínica, porque cuando cayó internado le
ponían el suero nada más”, comentó indignada.
Por sufrir problemas respiratorios, Mirta no pudo acompañar
a su hijo en la internación, y el menor estuvo secundado por un hermano.
“Mi hijo de 18 años estaba con él y me decía que estaba mal,
le dolía todo, tenía todo el brazo y la pierna dura, y ellos no hacían nada.
Solo lo miraban desde la puerta. Lo único que querían es cobrarle la mutual. Le
dolía la cabeza y le abrieron la ventana porque decían que estaba muy
encerrado, pero hacía un frío bárbaro. No sé qué clase de médicos son”, criticó
con dureza la ama de casa de Villa Elvira.
“Los médicos decían que estaba bien, y mi hijo lloraba y les
decía mi hermano que estaba mal. Yo quise ir a verlo y la policía me hizo bajar
del micro, todo una injusticia”, concluyó angustiada.