El rejunte de hojas amarillas no solamente
causó revuelo en la publicación de Noticias de Villa Elvira, enfrentando a
vecinos con vecinos, sino en todos los portales de la ciudad.
El repunte de la hojarasca en cordones
platenses se acentuó con los primeros fríos y cuando ya empieza a asomar el
otoño con mayor crudeza. En las veredas y cordones de las casas, más en el
casco de la localidad, formaron colchones amarillos que cambiaron la fisonomía
el paisaje.
Si bien está estipulado en el pago de la
tasa SUM que cobra el APR Municipal el alumbrado, barrido y limpieza, lo cual
hace que el reclamo de los vecinos sea genuino, contrasta con la opinión de
aquellos que afirman que cada frentista debe limpiar su espacio. Hay un tercer
grupo de defiende a ultranza el trabajo de los cooperativistas.
Por lo tanto, en el marco de la Pandemia la
discusión se terminó ampliando de sobremanera sobre la función de los
barrenderos, la cuarentena y la falta de colaboración de la comunidad para
enfrentar la crisis sanitaria desatada en el país.
Otro
de los temas que entrecruzaron a los vecinos es el respeto que le reclaman al Municipio
hacia aquellos que pagan la cuota SUM y quieren ser asistidos como el derecho
les otorga, con aquellos que defienden la situación económica laboral de los
cooperativista y lo desprovistos de equipos preventivos como guantes, ropas o
botas adecuadas, realizan su trabajo.
En ese sentido, Gladis C. se quejó de la
jornada laboral de los trabajadores del barrido y acusó que “yo misma los vi
dos días la semana pasada antes de la tormenta tirados a 6 o 7 en las esquinas
tomando mate, sacándose, fotos, jugando de mano. Estuvieron 2 horas ½ riéndose de
la gente porque las calles estaban llenas de hojas, y vos podes limpiar tu
frente pero no el de todo el barrio. Así que por más que vos limpies, ante una
tormenta con mucha agua sería lo mismo. Yo hace 45 días que no salgo, pero pago
para que me lo limpien, pero creo que no es justo. Viendo cómo se te ríen en la
cara y lo pagamos todos”. Para Juanjo G. la medida debe ser más drástica: “Adónde
se destina el dinero del impuesto municipal? ¿Y si nos ponemos de acuerdo entre
todos y no lo pagamos hasta ver que dan solución a cosas tan simples como esta?
Fernanda V, le contestó a aquellos le
recriminan la queja y explicó que “yo limpio mí vereda. Pero no puedo estar 6
horas al día sacando hojas. También tengo un trabajo al que no puedo faltar y
mi madre no puede salir a barrer luego de un infarto. Un poco de empatía”.
María del Carmen y nuevamente Fernanda,
coincidieron que el recorrido de recolección de no habituales también viene
teniendo pasadas mucho más que espaciadas, provocando que las hojas barridas y
juntadas en bolsas aún permanezcan por días en el borde de las veredas.
La gran preocupación del resto de los vecinos
radica en el arrastre por lluvias que pueden tapar sumideros y provocar
inundaciones, como lo afirmó Patricia que destacó que “con el otoño los otros
días tuve que salir hacer un trámite vi veredas y calles tapadas en hojas si
llega a llover el agua las arrastraría tapando toda boca de tormenta una
desidia total”.
Por su parte, Laura sentenció que “Nadie se
preocupa para que tenemos delegaciones. Que lo usen para hacer jardín Maternal
total nadie hace nada por los vecinos yo tengo un reclamo desde mayo del año
pasado. Tienen que extraer dos árboles me está partiendo la casa y está en
problema la cabina de gas me canse de reclamo. Nadie hace nada están pagando a
personas de oficinas que no trabajan y se les pagamos un sueldo”.
La defensa del cooperativista
y la autolimpieza
Pero existe un grupo más radicalizado en el
conjunto que se enoja con aquellos que reclaman en ésta etapa de Pandemia y
repelen la exigencia del barrido por parte del Estado. Una efusiva Mica M. que
al parecer trabajó de barrendera exclamó que “levanten el c… y lo hagan
ellos... Las veces q x gente así barría 3 veces el mismo frente de la misma
casa porque hacían reclamos y no querían hojitas”.
Fabiana asintió que “eso no es culpa del
cooperativista si no le dan bolsas y lo mandan a trabajar igual” y Mirta
acompañó que “cada frentista tiene que limpiar ¿No es que están aburridas/os.?.
Muevan, todos tenemos que trabajar está
pobre gente que barre y junta tu basura gana $2 y arriesgan su vida x
nosotros/as”.
En tanto Martín L. subió el tono incitando
al frentista a barrer la puerta de su casa: “Pero acá en este país se apuesta a
la vagancia y q todo dependa del gobierno o municipio, a laburar hermano, la
pala no muerde una escobita tampoco, basta de criar parásitos!!!”.
Ruben G. y Karina A. apuntaron a los
frentistas para pedirles su colaboración de barrer sus veredas y cordones como
así también colaborar con los que no pueden limpiar sus frentes por motivos de
salud.
Según una lectora, Belén F: “A los cooperativistas de
la delegación de 7 y 82 ya los están haciendo trabajar todos los días y les
dijeron que si faltan sin causa se los descuentan. Así que ya deberían estar
las calles limpias, eso sí no les dan barbijos para trabajar” y sostuvo que “en
la cooperativa de Villa Elvira están trabajando al 50% van día por medio y con
menos personal y solo 1 por carro, hay que entender que los cooperativistas son
seres humanos, quedaron con mucho miedo luego de que un compañero de ellos se
contagió”.
Kevin P. asintió que “hay que entender que los coperativistas son humanos y que salen
todos los días a trabajar llueva no llueva ellos trabajan por un salario q no
alcanza para nada. Villa Elvira es grande y no dan abasto la gente tiene que
ayudar son hojas no es escombro”.
Un Tercer grupo más conciliador
Gloria aportando “desde su humilde opinión”
la gente podría limpiar el frente d su casa sin esperar “venga otras gente a
limpiar”, aunque su acotación contrastó con María que por problemas de salud no
puede salir pero aunque aún puede tener un pesito para pagarle a los pibes del
barrio para que lo hagan.
Elena C. dijo que “en la zona de Villa Elvira, que vivo, no hay
barrenderos y a los cooperativistas los mandan a criterio de gente que ni
conoce el barrio. Así que en nuestra cuadra los vecinos cortamos el pasto,
juntamos las hojas y podamos los árboles de cada frente”.
Para Manuela, la gente debe colaborar más
pero “el municipio debería poner gente a limpiar por mí barrio hace mucho que
no pasan, los trabajadores de salud están súper expuestos y siguen los
municipales no creo que estén más expuestos deberían haber seguido con todas
las precauciones”.
En ese sentido, Miguel Angel remarcó que “creo
que hoy por hoy, con lo que estamos viviendo, No sería mala idea que los
frentistas pudieran poner un poquito de buena voluntad y juntar las hojas ellos
mismos, si años atrás no había barrenderos, cada uno cuidaba su frente, ahora
los frentistas obligan al municipio a que le piden los árboles, les barran las
veredas y también que le reparen las veredas si es tan rotas., vamos vecinos
colaboramos entre todos, muchas gracias”.
En consonancia, Rita L. notó que “creo que si
juntamos las de nuestra vereda embolsamos más fácil es por que pasa el camión
la dejamos enfrente de nuestra casa y termino la mugre dejemos de depender de
los barrenderos pobre si no les dan materiales no puede hacer nada”.
Por último, Graciela F. solicitando mayor
participación y diálogo por parte del Municipio, hizo notar: “Que pasen de la
Municipalidad, les dejen en cada casa un par de bolsas y cada uno las junte, vaya
tanto problema se hacen, peor es nosotros de Aeropuerto que estamos c… para arriba,
limpiando y juntando la mugre de las zanjas con barro podrido y no nos quejamos”.
Heterodoxa, diferente y tan iguales. Así es el
conjunto de realidades que envuelven al conjunto de Villa Elvira, con sus características,
sus formas de pensar y sus opiniones disonantes que encierran miles de posturas
que chocan y se unen en un reclamo común.