"No hay que perder el sueño de que ser pibe tiene que ser un privilegio"


 Villa Elvira recuerda en el día de su cumpleaños, al cura  número uno que tuvo la populosa localidad.  Para jugar en el equipo de primera, un 22 de octubre de 2005, Dios miró para Villa Elvira para llevarse un santo que andaba por la tierra. Ese triste día para el pueblo platense, nos dejaba el padre Carlos “Carlitos” Cajade. 

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   Había nacido el 2 de mayo en Ensenada, hoy estaría cumpliendo 70 años,  creció en Villa Arguello de Berisso, hijo de un obrero de la Swift, lugar donde trabajó desde los 14 años. Desde sus primeros pasos laborales conoció a un grupo de militantes de la resistencia peronista y comenzó su militancia política a partir de la juventud partidaria.
      “Soy de la juventud de los ’70 y vivencié todos los ideales de un mundo más humano, más justo, más fraterno. Yo creo que todo eso que fui aprendiendo se canalizó en esa Nochebuena del ’84.”
   Cuenta la historia que esa noche que mencionaba Carlos, ocurrió un hecho que lo marcaría hacia el futuro y sería el puntapié de su obra. Carlos estaba en la iglesia San Francisco de Asís de Berisso y al terminar Misa de Gallo encontró en la puerta del templo a tres chicos sentados en la escalinata.
   Les dijo que era Nochebuena, que tenían que ir a sus casas a festejar, pero los chicos le respondieron que no festejaban porque no vivían en sus casas, sino en un terreno baldío. Como no les creyó en primera instancia, los chicos desafiaron a que fuera con ellos. Cajade fue y se encontró con que había aún más niños, muchos de ellos muy pequeños. Conmocionado, compró todos los alimentos y regalos que pudo, y pasó la Nochebuena con ellos. Allí empezó con la idea de crear el hogar. Muchos de esos chicos iniciales luego crecerían y serían educadores sociales, trabajando en la obra de Cajade.
   Actualmente es amado en Villa Elvira y muy reconocido en el Gran La Plata por su trabajo social, y su carácter luchador por los derechos de los niños, y su postura política. Una de sus frases más recordadas es "No hay que perder el sueño de que ser pibe tiene que ser un privilegio", en una manifestación frente a un McDonald's, de donde habían echado a varios chicos que pedían sobras.
  Este querido sacerdote católico, es reconocido fundamentalmente por su trabajo con los chicos de la calle en la ciudad de La Plata. Fue fundador del hogar infantil Madre Tres Veces Admirable, en Villa Elvira, así como de la revista La Pulseada, que dio trabajo a muchos chicos recuperados de la situación de calle, y en la que colaboraba activamente haciendo artículos. También fue secretario general del Movimiento Chicos del Pueblo, una organización destinada a ayudar a los chicos en situación de calle, y estaba agremiado a la CTA.