El Frente de Todos a los trabajadores de la ciencia y tecnología en el Concejo




    En la última sesión del Concejo Deliberante de La Plata, el bloque de concejales del Frente de Todos, manifestó su beneplácito al desempeño del CONICET, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, por el desarrollo del test rápido y económico de diagnóstico molecular de COVID-19, NEOKIT-COVID-19.
Para enunciar la postura del bloque, la concejala Yanina Lamberti tomó la palabra y realizó las siguientes declaraciones:
“En este contexto, quisiera aportar algunas reflexiones en cuanto al rol de la ciencia y la tecnología, su capacidad y potencialidad de respuesta frente a las diferentes problemáticas de la sociedad
En primer lugar, quisiera mencionar que los aportes de científicxs y tecnólogxs a la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 son sólo una demostración de lo que el sector de Ciencia y Tecnología puede hacer cuando hay políticas públicas que impulsan y coordinan el sector. Más de 700 proyectos fueron presentados ante la convocatoria lanzada por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y muchos hoy están trabajando en diferentes aspectos para hacer frente a la pandemia, lo que indica la voluntad del sector en poner los esfuerzos en hacer frente a la situación que estamos atravesando. Esta respuesta, sin embargo, de ninguna manera reflejan una recomposición del sector, vapuleado, desfinanciado y desjerarquizado durante los últimos años.
De hecho, parte de la problemática en ciencia y tecnología tiene que ver con las políticas pendulares a la que ha sido sometida durante los diferentes gobiernos. No nos olvidemos de que Cavallo nos mandó a lavar los platos en la década del 90, siendo recordado este período como uno de los más negativos para el sector. Asimismo, nadie puede negar el fuerte impulso que vivió la ciencia y la tecnología entre el 2003 y el 2015, donde se creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se multiplicaron los recursos para la formación de recursos humanos, se repatriaron científicxs, se mejoró la infraestructura deteriorada de numerosos Centros e Institutos de Investigación, y se proveyó de equipamiento avanzado, que hoy nos hace estar mejor preparados para dar una respuesta a esta pandemia. Respuesta que ocurre pese a las posteriores políticas de desfinanciamiento que sufrimos a partir del 2015, donde nuestro ministerio fue degradado a secretaria, sufrimos una reducción en términos reales del 42% del presupuesto, se disminuyó en el número de ingresos a CONICET y se generó una fuga importante de recursos humanos.
En algún momento, incluso, nos quisieron hacer creer que los países con alto grado de pobreza no se podían dar el lujo de invertir en ciencia. ¡Que gran error conceptual! Justamente los países que tienen problemas de pobreza no se pueden dar el lujo de no invertir en ciencia y tecnología. Hoy vemos más que nunca esta hipótesis más que comprobada donde el desarrollo Argentino permitirá sustituir importaciones donde justamente los insumos biomédicos están en escases a nivel mundial. Nos demuestra, además, los riesgos de tener una elevada dependencia regional de las manufacturas importadas. Imaginemos por un instante que hubiera ocurrido si no tuviéramos capacidad instalada para responder, e imaginemos también cual sería hoy el lugar de la Argentina si el desarrollo CyT hubiera sido sostenido y no golpeado por políticas de desfinanciamiento y estigmatización del sector como las que vivimos años atrás.
Digo, porque a pesar de haber hecho enormes esfuerzos de inversión pública y formación de recursos humanos durante algunos períodos, hoy no hemos logrado producir y exportar, vacunas, bioinsumos, satélites, semiconductores, materiales avanzados, maquinaria o servicios de alto valor agregado. Incluso iniciativas que iban claramente en esta dirección fueron abandonas en la última gestión. No hay ejemplos más ilustrativos que el plan satelital, un desarrollo tecnológico y soberano que fue estacado y desfinanciado, quedando inconcluso. Nada más ejemplificador de nuestra histórica disputa entre ser patria o colonia.
Imaginemos por un segundo si la historia de nuestro país dejara de ser pendular, y la inversión hacia el sector fuera indiscutible. Que esta pandemia nos deje al menos la voluntad de definitivamente erradicar políticas de desfinanciamiento al sector y podamos por fin focalizarnos en un fortalecimiento sostenido, necesario para erradicar un modelo de país principalmente agro-exportador para enfocarnos en uno que impulse la generación de valor agregado, puestos de trabajo y creciente equidad. En definitiva, esperemos que dejemos de dirimirnos entre gobiernos que se alían con fracciones económicas y burocráticas que tuercen la balanza en favor de unos pocos, con intereses corporativos que divergen claramente del bien común y de una sociedad más justa e igualitaria. Los mismos que hoy tratan de obstruir y debilitar políticas económicas y sociales que no coinciden con sus intereses y que intentarán instalar gobiernos que maximicen ganancias predatorias, improductivas, de modelos de negocio que profundizan la desigualdad y la pobreza, y que claramente son incompatibles con un modelo de producción y desarrollo”.