Del "Corte y Sonrisa" de Alak a la futura elección del Delegado


Decreto 6769/58 (web).

 Los postulantes independientes deberán sortear la ola económica y militante del oficialismo y la oposición, para luego gobernar una localidad con 100 mil habitantes dependiendo del poder de turno.



   En septiembre de éste año, el intendente de La Plata, Julio Garro, resolvió que el 23 de febrero de 2020 se lleve a cabo la elección directa de delegados y subdelegados, por lo que varios postulantes ya se quieren posicionar en redes sociales. 
   Según un decreto firmado por el Intendente el 6 de septiembre de 2019, confirma la convocatoria a la elección del Administrador comunal como del sub administrador, a realizarse en febrero de 2020 para las 23 delegaciones y subdelegaciones del Partido.
   Sobre la participación ciudadana no se plantea ninguna duda, dada cuenta que están en condiciones de presentarse todo aquel que esté en condiciones de ser funcionario público y que figure en el último padrón electoral.
   La propuesta emula a una similar implementada durante la gestión del ex intendente, Julio Alak, y que tuvo el enfrentamiento de dos facciones peronistas y un vecinalista que terminó siendo incorporado a la gestión.
   El 26 de noviembre del año 2000, el alakista Marcelo Kneipp, apoyado por el aquel entonces diputado provincial, Carlos Bonicatto, obtuvo 3.297, ganándole a su oponente, Javier Pacharotti, que representaba al concejal Pablo Bruera, que llegó en segundo orden alcanzando los 2105 adhesiones. En tercer término llegó  el vecinalista, Gustavo Petró con alrededor de 600 votos.
   Las directivas eran las mismas que la actual convocatoria, una elección no obligatoria ni vinculante debido a que no existe una ley que lo englobe, sino que es una “facultad indelegable del intendente municipal”.
   La consulta realizada en aquella oportunidad movilizó al aparato político oficialista de aquel entonces, donde finalmente quedaron cara a cara, dos postulantes enmarcados dentro de una política partidaria peronista, jugándose una interna que a posteriori, siete años después, marcaría el final del alakismo.
   La historia marcó que la gran movilización realizada en los pocos establecimientos abiertos para la votación fue el resultante de una amplia victoria oficialismo porque se repartieron unos cinco mil votos contra un puñado del vecinalismo.
   “Corte y sonrisa”, pudo haber sido el título sobre el resultado de aquella elección si Diego Maradona hubiese salido en todos los medios nacionales siendo la imagen del clásico en aquellos años. Desde hace muchos años se planteó e instaló en los medios la necesidad de que los vecinos elijan a sus delegados y Julio Alak hizo que así sea.
       De hecho, en esa oportunidad, a pesar de contar con varios dirigentes del peso en el radicalismo platense, no hubo ningún representante radical en la compulsa en la elección local. Si estuvo el caso en Altos de San Lorenzo, donde Renee Otegui ganó por el 62% de los votos contra el radical Anibal Brega que llegó al 11%.
     Siguendo con la frase maradoneana, dándole un corte al tema y saliendo en los medios con una sonrisa, Julio Alak, se subía a un improvisado escenario ubicado en la puerta de la delegación sobre calle 82 para levantarle la mano a su pollo político y convocar al arquitecto Petró, el tercero en la disputa, para que forme parte de la Delegación.
   Puede parecer un farol para aquellos que compulsan en la política local, sin gestión alguna, pero que quieren competir cada vez que cae un voto dentro de una urna, pero la realidad les debería marcar que antes de querer jugar deberían pelear por una Delegación completa en la funcionalidad de servicios a disposición del vecino, de una administración independiente y resolutiva en la parte económica. 
   De no ser diferente, cada uno de los que quieran administrar Villa Elvira,  serán esclavos del poder central y la benevolencia de los funcionarios administradores de recursos para poder satisfacer y darle respuestas a los vecinos.