En el último mes y
luego del cachetazo electoral recibido en las urnas, el Municipio tomó nota y
al mejor estilo “los escuché”, colocó a la Guardia de Prevención Urbana en al
menos dos establecimientos educativos de la región.
A lo largo de los último 24 meses, Noticias de Villa Elvira vino denunciando la falta de custodias
en los establecimientos y el abandono de los corredores seguros.
Durante todo éste
tiempo, NVE hizo notar la necesidad de contar con patrullas para el
cuidado de los jóvenes por los reiteradas olas de robos que sufrían y fueron
destacados los lugares puntuales donde ocurrían los hechos.
En la escuela
experimental 2 de Barrio Jardín (foto)
tanto los alumnos como padres fueron robados en reiteradas oportunidades por jóvenes
identificados por los adultos que venían desde la zona de Villa Montoro.
En 7 y 76, zona de
la EP 84 y la ENET “Manuel Sabio”, única escuela que mantuvo la guardia escolar
con intermitencias, padres y alumnos se quejaron de un grupo de arrebatadores
que operaban en el lugar.
Lo mismo ocurre en
los corredores educativos de otras escuelas de la región como Santa Rosa de Lima,
Cristo Rey, Sagrado Corazón donde van los niños y niñas exiliados por el
incendio de hace más de un año de la EP 23 y ES 88, Lujan Sierra y tantos otros
lugares donde son robados y despojados principalmente de celulares, plata y
mochilas.
En la Escuela 27 de
Barrio Aeropuerto, una de las escuelas más promocionadas por el oficialismo en
la redes por tener una guardia, en los últimos meses, diferentes actos de
vandalismo y violencia no solamente preocupó a los padres sino que la situación
que allí se vive ha provocado bajas en el cuerpo educativo donde varios
docentes solicitaron el movimiento anual docente (Mad).
Allí hubo casos
repetidos de violencia según detallaron padres de alumnos. La recriminación de una mamá hacia un niño sobre
su comportamiento contra su hija derivó en una pelea que incluyó a familiares
y amigos, cuando el pequeño abordado llamó a sus progenitores y hermanos para
que todo termine en una batalla campal, que hizo que las puertas del turno
tarde no se abrieran hasta tanto terminara la trifulca hace dos meses.
También se supo, que hace algunas semanas, que
un grupo de jóvenes que tienen como lugar de encuentro la plaza del barrio, de
edades heterogenias, habrían accedido al paredón del patio de la escuela para
fustigar a otros niños que estaban en el establecimiento, motivo por el cual
fue el detonante para solicitar por nota una custodia policial.
Hoy, la presencia “irremediable”
del Estado en vigilar para prevenir y repeler actos de violencia que asolan a
los niños y niñas de la región, sin un abordaje multidisciplinario que evalúe y
trabaje en bajar la tasa de violencia que se vive, es promocionado en redes con
orgullo por los referentes oficialistas en vez de asumir la tardanza, omisión y sin hacerse cargo que se trata de un corcho para una gran pinchadura.
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