El padecimiento de los frentistas de 116 de 80 a 90 parece
no tener fin, a su lucha con los basurales, las motos que pasan haciendo
explosiones, la basura acumulada, se le suma los pozos en la arteria que cuando
los automovilistas los esquivan temen que se metan en alguna casa.
La 116 tiene por característica ser una salida recta desde
el Barrio Jardín al casco histórico de Villa Elvira con varias cuadras que
tienen a la populosa barriada de un lado y un descampado inmenso del otro.
Por largos años los vecinos han reclamado, en su mayoría desde 82 a 90, control vehicular
por los excesos de velocidad y las motos que pasan haciendo contraexplosiones,
solicitando lomas de burro que no fueron concretadas.
Por otro lado, los frentistas más inescrupulosos sumado a la
gran cantidad de automovilistas que pasan y dejan sus desperdicios, han
favorecido a la proliferación de basurales o de basura desperdiciada por el
lugar que llevan a pasar largos días sin ser recolectadas.
El descampado tiene una particularidad también que son los grandes matorrales que se ven más en épocas estivales que favorecen a delincuentes que se esconden o descartan cosas en el monte.
La iluminación es ineficiente pero el agravante de todos los
males, sin hablar de motochorros que actúan al voleo, es la situación caótica
que se viene repitiendo con la aparición de grandes baches que hacen temblar los
frentes cuando algún conductor se los lleva puesto o amedrentar al vecino que
teme que salgan despedidos para los hogares.