
Si
bien hoy siguen vagabundeando en su periplo deportivo, a falta de un lugar para
radicarse definitivamente, los colosos de la Academia de Villa Elvira, le ponen
el pecho a todo y contra todo.
Entrenan en una parcela de tierra en la rambla
de 72 y 116 y gracias a su gestión consiguieron
que el Municipio les ilumine un pequeño sector. Ahora van por más y haciendo
incapié en la seguridad de los niños que pese a estar vigilados y entrenados
para no bajar a la calle, todo puede pasar, y es por ello que piden lomas de
burro y mayor iluminación del sector.
La Academia es local en todos lados, si les
toca jugar en un predio prestado de Los Hornos, en el club Almagro que le cede
las instalaciones gracia a la caballerosidad del Colo Bastía, o en cualquier
rincón de Villa Elvira.
Allá van los Guerreros de Villa Elvira, la
guardia imperial de la amistad, del sacrificio que en base a la humildad y a no
bajar los brazos supieron poner de pié un club de fútbol infantil que vino para
quedarse.