Doctor Guillermo Fernández Dadam.
Especialista en Psicología y Psiquiatría.
Master en
Drogadependencia
El consumo de cannabis está extendiéndose cada vez más,
especialmente entre los más jóvenes. Fumar porros es natural o la marihuana no
engancha son algunos de los mitos más
extendidos sobre esta sustancia entre los adolescentes. Esta aceptación social
entre la población convierte al cannabis es una droga todavía más peligrosa.
Últimamente, en los medios de comunicación se habla mucho de
los beneficios del cannabis y de sus propiedades terapéuticas, pero se olvidan
decir los problemas que conlleva el uso de esta droga. En lo últimos años,
distintas investigaciones han mostrado como el uso y abuso de determinados
tipos de drogas, como el cannabis, se considera un factor de riesgo para el
desarrollo de la esquizofrenia y puede actuar como desencadenante de la misma.
De hecho, el cannabis puede producir alteraciones en el sistema nervioso
similares a la esquizofrenia.
Los efectos de fumar porros
Los defensores del cannabis alaban sus efectos relajantes
sobre el sistema nervioso y sus propiedades terapéuticas en casos de cáncer.
No obstante, la cara oculta de esta droga es muy peligrosa,
sobre todo en los más jóvenes, quienes no cuentan con un sistema nervioso
completamente maduro. Uno de los efectos adversos más peligrosos de fumar
cannabis es que esta droga puede llevar a la persona a sufrir un episodio
psicótico similar a los que se desencadenan en la esquizofrenia.
En muchas ocasiones estos cuadros son reversibles, sin embargo,
en aquellas personas con una vulnerabilidad genética a la esquizofrenia, el
consumo de cannabis puede precipitar la enfermedad y hacerla irreversible.
Además, el consumo de cannabis puede llevar a la persona a
la adicción. Distintos estudios han demostrado que el 9% de las personas que
usan marihuana se acaban volviendo adictas. Este riesgo se incrementa en el
caso de los adolescentes. Así uno de cada seis adolescentes que fuman porros
acabarán desarrollando una adicción. Este porcentaje aumenta al 25- 50 cuando
el consumo es diario.
En la mayoría de los casos, el cannabis produce abulia y
apatía, perdida de la memoria y cambios en la personalidad. También afecta al
rendimiento y se relaciona con el fracaso escolar.
Cuidado con el coche
Después del alcohol, la marihuana es la droga más implicada
en accidentes de coche. El cannabis afecta la atención, la concentración, la
coordinación y el tiempo de reacción, habilidades necesarias para conducir de
forma segura.
Además, esta sustancia hace que sea más difícil juzgar las
distancias y reaccionar ante las señales visuales y auditivas en la carretera.
Psicosis cannabica vs esquizofrenia por cannabis
La psicosis cannabica es un estado transitorio que se
produce por la acumulación de cannabis en el organismo y que se manifiesta con
percepciones y pensamientos perturbados y paranoia. Los ataques de pánico
también son frecuentes mientras uno se encuentra bajo los efectos agudos de la
marihuana.
La psicosis cannabica puede darse en cualquier fumador de
cannabis, tenga o no una historia personal o familiar de esquizofrenia y los
síntomas desaparecer a los pocos días o semanas después de cesar el consumo.
La esquizofrenia por cannabis, por el contrario, se
caracteriza por síntomas permanentes en personas con diagnóstico de
esquizofrenia o vulnerables a padecer esta enfermedad. En estas personas, el
cannabis empeora la enfermedad y agudiza los síntomas como alucinaciones,
paranoia y pensamiento desorganizado
Esto no significa que todos los consumidores de cannabis
vayan a desarrollar esquizofrenia; ni que todas las personas con esquizofrenia
hayan fumado porros. Sí que es cierto que las personas consumidoras de cannabis
tienen tres veces más riesgo de desarrollar un trastorno relacionado con la
esquizofrenia que aquellos que no han fumado cannabis.
Cannabis y trastorno bipolar
El consumo de cannabis no solo empeora los síntomas
psicóticos, también aquellos que se dan en el trastorno bipolar. En este
sentido, se ha visto como aquellas personas con trastorno bipolar que cesan su
consumo de cannabis tienen mejores resultados que aquellos que siguen
consumiendo en variables como la remisión de síntomas, la recuperación o el
deterioro laboral. Además, el cannabis también se relaciona con mayores tasas de
recurrencia y un peor funcionamiento psicosocial.