A horas de la
sesión especial del Concejo Deliberante local que permitió que Iliana Cid sea
electa presidente del organismo, quedó de manifiesto una interna feroz en el
panperonismo local después del acuerdo del concejal del PJ, Fabian Lugli, que le
permitió acceder a la vicepresidencia del Cuerpo.
La votación no fue
extraña si se tienen en cuenta las afinidades y votaciones que se vienen dando
a lo largo del año, siendo uno u otro concejal, de distintas fuerzas
opositoras, aquellos que en ocasiones dan quorum y aprueban los expedientes de
Cambiemos cuando el oficialismo la tiene complicada.
Cid fue elegida por
el voto de 18 concejales con la abstención de Unidad Ciudadana. Algo normal porque
por donde vota Cambiemos, los kirchneristas van por la otra vereda.
La rosca estaba
centrada en cómo había quedado la definición de la vicepresidencia, que
ostentaba Lorena Riesgo y que estaba avalada para su continuidad por Pedro
Borgini.
Hasta la fecha,
Fabian Lugli y Miguel Forte, venían compartiendo las actividades legislativas,
pero a su vez Forte mantenía un acuerdo con Borgini para perdurar a Lorena
Riesgo como vicepresidente.
El fuerte lazo de
amistad entre Forte y Borgini viene de la época de la intendencia de Pablo
Bruera, y al parecer perdura en el tiempo, no solamente las coincidencias
afines sino con la ligazón anterior. Se supo que en medio de rosca hubo telefonazos
de calle 54 para presionar en las decisiones a cuenta de lo que les contaban
sus tres ediles afines.
Mientras que Unidad
Ciudadana, amparándose en la primera minoría proponía al concejal Chucho Gomez,
Lorena Riesgo apuntaba a reunir al peronismo para lograr su permanencia.
Victoria Tolosa
Paz, apuntada por el oficialismo a fines de 2018 de ser la punta de lanza que
estimuló la denuncia contra Fernando Ponce, no asistió a la sesión, pero no lo
hizo por licencia, sino que acusó falta con aviso.
Un dato no menor
al respecto, porque si bien un grupo hoy salta al cuello de Lugli, también es
responsable de no haberle solicitado a Tolosa Paz la licencia, para que el
bruerista Marcelo López haya ocupado ese espacio vacío.
Se dice que la
votación por la continuidad de ESUR trajo aparejados distintos acuerdos por la distribución
de direcciones, contratos y cooperativas. Entre esas alianzas también
garantizaban la continuidad de Lorena Riesgo en la vicepresidencia.
En los pasillos del
Concejo el día viernes por la tarde se escuchó a un dirigente del PJ admitir
que “a Garro no solamente le molestó la
situación de la denuncia contra Ponce sino que las cajas de la presidencia
largaban pus. Cuando investiguen ahí van a ver quiénes son los concejales
opositores más favorecidos”.
El oficialismo votó a Lugli, con el apoyo del
Frente Renovador, como vicepresidente y la bomba explotó. Los peronistas lo
quieren juzgar ante el tribunal de ética del Partido.
Aquel dirigente que
contaba cómo iban los acuerdo el día viernes, ya con la designaciones en marcha
y el diario del lunes se despachó “que
buscaron la unidad es todo mentira, si quieren la unidad y que estos tipos se
vayan tenemos que dejar de hace boludeces, cada cual debe atender su juego,
para hablar hay que revisar cómo votaron y operaron durante el año”.
Internamente,
muchos allegados opinan que la jugada de Garro fue muy buena, porque no
solamente se saca de encima el tema “Ponce” sino que coloca a una persona de su
estrecha confianza, quiebra la oposición y mantiene una estructura a favor en
el concejo deliberante para tener el dominio de las sesiones.