El operativo, realizado en las últimas horas, permitió
detectar un invernadero preparado para el cultivo de cannabis sativa que estaba
instalado en el interior de un domicilio y custodiado por perro de raza Pit
bull
Informó el diario El Día, que en el marco de una causa que
investiga un ataque a balazos a un joven de 26 años, este viernes se llevó a
cabo un operativo en una vivienda de Altos de San Lorenzo.
El allanamiento se concretó en la casa de una mujer de 57
años que, según confiaron fuentes policiales, al momento del ingreso de los
uniformados se presentó diciendo: "Soy la abuela marihuanera".
Tras entrevistarse con la dueña de casa, los peritos
comenzaron a revisar las habitaciones de la casa hasta que se toparon con un
sector en el que parecía que se habían llevado adelante obras de refacción
recientemente.
El registro permitió detectar una puerta que a través de una
hendija permitía ver un destello de luz. Sobre el marco de la puerta la policía
pudo observar que estaba instalado un aparato que más tarde se pudo establecer
que se trataba de un temporizador.
Al llegar a este lugar los policías vivieron algunos minutos
de tensión debido a que se encontraron con un perro de raza Pit bull, que al
parecer estaba encargado de vigilar este sector de la vivienda. Tras capturar
al animal y atarlo los investigadores procedieron con las tareas previstas.
Al ingresar al habitáculo del que provenía la luz, la
policía se encontró con un sofisticado invernadero en el que se hallaban al
menos cinco plantas de marihuana.
También estaba dispuesto una mesa en la que había recortes
herbáceos de esta especie, que se presume, estaban siendo sometidos a
procedimientos de secado.
Esta pieza estaba especialmente acondicionada para el
cultivo de cannabis sativa ya que había sido revestido con una lámina con
capacidad reflectiva, con un temporizador que permitía regular la temperatura
del ambiente mediante un programa que posibilitaba el apagado del sistema de
calefacción en un determinado lapso de tiempo.
Además de los ejemplares de más de 1,5 metros de largo, en
esta cabina especializada se halló una revista con información relacionada con
el cultivo, una balanza y plásticos que acreditan la comercialización como
asimismo pipa para consumo.