Le hacen frente a la crisis a través del trueque

Las políticas económicas y sociales castigaron fuertemente a los sectores más humildes de la población: las necesidades en los barrios son cada día más preocupantes, lo que generó que las familias vuelvan a instalar el canje para poder paliar el hambre. En las últimas semanas, se multiplicó la cantidad de puesteros en los trueques de la ciudad de La Plata.
 

Imágenes olvidadas reaparecieron de la mano del ajuste. La modalidad es similar en todos estos sitios: el canje permite intercambiar ropa nueva y usada, artesanías, productos elaborados, alimentos, muebles, electrodomésticos y hasta juguetes sin la necesidad de pagar con dinero, todo con el objetivo de hacerle frente a la inflación y buscar la forma de subsistir.

En un informe de Agencia Nova, hacen notar que: Paula Reinaldi fue la creadora del Trueque de Tolosa, y opinó: “Veíamos la necesidad de la gente, por eso con una vecina comenzamos con esta actividad hace más de un año; arrancaron 10 puestos y hoy hay más de 70”.

“Antes no se hacía esto, volver a lo que hacíamos en el 2000 para mi es una tristeza bárbara, en cada trueque ves la necesidad de la gente en vivo y en directo”, añadió.  En el Trueque de 115 y 522 en el Barrio El Churrasco, en su mayoría  intercambian ropa por alimentos. Cada semana se suman más familias que buscan en el Trueque una herramienta para paliar la situación económica.

El trueque se realiza de manera quincenal, de 14 a 18, aunque la idea es poder hacerlo cada domingo del mes. “Además de los vecinos de acá (El Churrasco), también vienen personas de Ringuelet, de las barriadas que tenemos alrededor y El Mercadito. Esto se ha ampliado mucho, incluso viene gente de Villa Argüello”.

Comedores que se multiplican

Para participar y poner su puesto, el vecino tiene que traer cualquier alimento no perecedero, por el cual se le da un número. Al final del día, hacemos un sorteo y el ganador se lleva todo lo que se ha recolectado. Al igual que en otros lugares de la ciudad, el valor de los productos no puede superar los 150 pesos. “La idea es ayudarnos entre todos y que cada uno se pueda llevar algo para comer a su casa. No pedimos plata, solo buscamos tener algo que comer en el día a día”, concluyó.

En la capital de la Provincia, la cantidad de comedores y merenderos se multiplicaron en el territorio bonaerense y es un fiel reflejo de la crítica situación socio-económica. Sin irnos del barrio en cuestión, en El Churrasco hay un comedor al que asisten casi un centenar de chicos y chicas de hasta 17 años, número que se agranda cada día.

El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) (que ya quedó desactualizado por el avance de la crisis, sumado a que es una Universidad que tiene una buena relación con el Gobierno) detalló que la pobreza infantil llegó al 62,5%. Detrás de cada cifra hay un niño que sufre la falta