Después de dos años de ser sostén de varias familias en el
barrio Floresta, desalojan comedor que asistía a casi 250 persona a diario.
Se trata de “Todo por nuestro niños” de 11 e/93 y 94 que
debió devolver a su propietario la casa que fue dada en préstamo hace dos años.
Las doce personas
que llevan adelante el espacio continúan entregando viandas para no dejar de
darles comida a quienes se acercan hasta el lugar. Lo más urgente es un espacio
en el que no sólo puedan cocinar sino que también puedan desarrollar las
actividades que se llevan diariamente como talleres de apoyo y huertas.
“Lo que pido es un terreno en el barrio, tiene que
ser acá porque ya tenían incorporado el comedor como si fuera su casa. Es un
lugar de contención porque cualquiera puede dar comida pero detrás de eso tiene
que haber algo más”, afirma Merele.
La institución
comenzó con la entrega de viandas a 27 chicos y la demanda fue creciendo. En el
barrio, es el único que funciona de lunes a sábados desde la mañana y a lo
largo de todo el día hasta entrada la noche. Quienes se acercan allí, son
personas de todas las edades, desde recién nacidos hasta adolescentes y adultos
mayores. Incluso, relata Merele, personas que dejaron el barrio vuelven al
espacio a buscar mercadería.
Hasta el momento,
no han recibido ninguna respuesta de las autoridades provinciales ni
municipales.
“Hace una semana
que están enterados de esto, no digo que se haga todo rápido pero la urgencia
es por los chicos – argumenta la fundadora del merendero-. Si no tienen esto no
tienen nada para comer”.