Hace mucho tiempo ya -puede hablarse sin exagerar de cuatro o cinco décadas- que, de la mano de experiencias muy exitosas realizadas en varias ciudades del mundo, numerosas personas reclaman en nuestro país el dictado de leyes que faciliten el uso de bicicletas en las grandes urbes, por las muchas ventajas que supone su utilización como medio de transporte. No obstante, el avance hacia ese objetivo sigue siendo lento, aún cuando ya se encuentran en pleno curso experiencias muy avanzadas como la que se instrumentó en laCiudad de Buenos Aires con la demarcación de las bicisendas en el centro y en los barrios porteños.
En ese contexto, dos noticias recientes conocidas en la Región se relacionan positivamente con las nuevas tendencias existentes en materia de transporte, vinculadas al uso de bicicletas en zonas urbanas. La primera de ellas, tal como lo reflejó este diario, tiene que ver con el ensanche de la avenida 7 entre las calles 90 y 637, cuya remodelación incluye la construcción de bicisendas.
En ese acceso clave para quienes llegan al casco histórico desde barrios y localidades comoVilla Elvira, Villa Montoro, barrio Aeropuerto y parque Sicardi, la Comuna platense decidió reconfigurar el proyecto y hacer tender, en el tramo mencionado, dos bicisendas en ambas banquinas de la avenida de 2,2 metros de ancho, separadas del resto de los carriles por tachas reflexivas bidireccionales.
Al mismo tiempo, pudo conocerse la presentación de un proyecto en el que se requiere la construcción de sendas exclusivas para ciclistas desde la rotonda de diagonal 74 y 120, en inmediaciones de la subida y bajada de la Autopista La Plata-Buenos Aires, hasta las instalaciones del Aeroclub. La iniciativa impulsada por una organización ecologista se plasmó en un proyecto legislativo presentado en la Legislatura bonaerense, que cuenta ya con la aprobación de la Cámara de Diputados.
Tal como se conoce, las llamadas ciclovías existentes ya en nuestra región son escasas y se encuentran desatendidas, con sus calzadas ganadas en su mayor parte por yuyales que virtualmente las han hecho desaparecer
Se sabe también, sobradamente, que el crecimiento del parque automotor demanda variantes creativas para evitar el colapso del tránsito. Y en ese sentido, tanto el refuerzo y el mejoramiento del transporte público como la estimulación de medios alternativos -como podrían ser consideradas las bicicletas- son contribuciones importantes a la descongestión del tránsito vehicular.
Tal como se ha dicho, en las ciudades modernas hay una tendencia a desalentar el uso del automóvil, sobre todo en las áreas de mayor concentración urbana. Para ello deben asegurarse buenas alternativas de transporte público, por un lado, y aceptables condiciones de seguridad pública, por el otro.
El tema planteado es conocido y fueron ya varias las administraciones municipales que prometieron plasmar medidas de fomento del uso de la bicicleta en la Ciudad. Sin embargo, muchas de ellas quedaron en el plano declamativo y lo cierto es que es muy poco aún lo que se ha avanzado en la búsqueda de soluciones realistas para un problema que sin dudas es muy complejo. Es de esperar, entonces, que la Ciudad enfoque en forma integral la mejor forma de racionalizar el uso de la vía pública y el fomento de los sistemas de transporte más convenientes.