Los medios reflejan la anémica situación de las salitas sanitarias, en este caso el diario Hoy refiere que: Según un relevamiento realizado por Hoy, los 45 centros
comunales de La Plata carecen de insumos, profesionales y mantenimiento
edilicio. La explicación se halla en los escasos $228 millones del presupuesto
total que el Ejecutivo local destina a la Salud. De ellos, se ejecutarían
apenas $136 millones, con un recorte aproximado de más de $90 millones.
Mientras, negociados ineficientes como el de la basura insumen $600 millones
En diciembre pasado, el Ejecutivo platense logró que el
Concejo Deliberante aprobara el Presupuesto municipal en poco más de $3.418
millones, de los cuales $228.841.193,29 fueron pensados para destinar a la
Secretaría de Salud. Es decir, apenas 6,69% del total que, peor aún, estaría
subejectutándose en otros fines, con lo que, con suerte, al final del año el
intendente Julio Garro habrá aplicado solo el 4% de los fondos comunales en
materia sanitaria: unos $136 millones, lo que daría un recorte aproximado de
$93 millones que deberían aplicarse en Salud, pero que la Comuna no informa a
dónde van.
En el terreno de las promesas y la campaña, parte de los
$228 iniciales que el Municipio presupuestó iban a destinarse a solucionar el
problema estructural de las 45 unidades sanitarias platenses pensadas para
atender la situación de los grupos sociales más vulnerables, pero que están
literalmente en emergencia. Así lo atestigua el relevamiento realizado por Hoy:
la infraestructura, desde las paredes al techo, es crítica. Los médicos, que
denuncian “sueldos indignos”, “faltante de insumos”, no alcanzan para cubrir
las 24 horas y hay áreas claves que carecen de profesionales; mientras que la
denominada “caja chica” -una pequeña “alcancía” para costear imponderables que
van desde el arreglo de cloacas a la compra de medicamentos-, tal como
reconocieron los titulares de distintos centros de salud, hace honor a su
nombre con sus paupérrimos fondos: $3.000 mensuales.
La subejecución
Para el médico y exprecandidato a intendente, Claudio Pérez
Irigoyen (UCR), es “claro” que hay “una subutilización de la partida
presupuestaria que debería destinarse a la salud”, mientras que, sobre el
estado de las unidades sanitarias, puntualizó a Hoy que “el deterioro es muy
grande. Escasean insumos y profesionales por falta de recursos, porque los
sueldos son bajos y no atraen personal. Todo esto va contra en detrimento de
una calidad sanitaria de excelencia”.
Pérez Irigoyen, que, como parte de la alianza Cambiemos ha
tenido no pocos cortocircuitos con Garro, destacó que no logra ponerse “de
acuerdo” con la gestión gobernante por este “gran déficit en la materia, por
las demoras en las respuestas y por la ineficiencia para resolver la
problemática social desde una mirada integral”.
En una línea similar, el concejal del GEN, Gastón Crespo,
advirtió a nuestro medio que, así como “preocupa lo poco que la Comuna invierte
en Salud, más grave aún es que subejecute ese presupuesto”, al tiempo que
aseveró que “esta es una situación que se repite en todas las secretarías del
Municipio, que también gasta menos de lo que tiene que destinar a áreas como Educación
o Desarrollo Social”.
A su vez, Crespo ratificó lo que nuestro medio pudo
comprobar en su recorrida por las unidades sanitarias: “Están en muy mal estado
y con el correr del tiempo, cada vez peor, porque no hay un plan de
mantenimiento o mejoras en infraestructura. Ni hablar de la falta de insumos y
profesionales”, alertó.
¿En qué se van los millones que deberían afectarse a la
salud de los platenses, que podrían utilizarse, por ejemplo, para revertir la
humedad del centro Nº 42, de San Carlos; reparar el cielo raso del Nº3, de
calle 45, entre 146 y 147; corregir el ineficiente servicio de luz del Nº 15,
de Tolosa; y para abastecerlas de insumos y profeSionales?
¿Dónde están los $800.000 que, según pudo saber el diario
Hoy, el Municipio destinó a la compra de pintura no reflejada en las desvaídas
unidades sanitarias?
Las postales registradas por Hoy valen como indicios de que
la salud no está entre las prioridades del gobierno local. Esto explica que,
por ejemplo, mientras apenas un 6,69% del presupuesto total está afectado al
área, se destine el 33% al ineficiente servicio de recolección de residuos, un
contrato que le garantiza $600 millones anuales a la empresa Esur y que, a su
vez, insume $500 millones de todos los platenses en el pago a cooperativas,
tercerizando a trabajadores para que suplan las tareas que no realiza la
compañía. A su vez, esto también explicaría la abismal diferencia entre los
$136 millones que finalmente se terminarían destinando este año a la salud de
los platenses y los $1.100 millones que configuran el negociado de la basura.
Del mismo modo, los $93 millones que el Ejecutivo estaría
desviando desde la secretaría de Salud serían los que luego pagarían
sobreprecios, por ejemplo, a las empresas encargadas de las demoradas obras de
bacheo en la ciudad, donde el diario Hoy pudo comprobar pagos de hasta casi $20
millones por encima del presupuesto oficial.
Frente a estas inquietudes, huelga decir que las respuestas
del Municipio volvieron a brillar por su ausencia. En las postergadas
“salitas”, los profesionales también se preguntan -¿cuándo llegará el
Estado?-.Y esperan, desde hace nueve meses.
La desidia estatal, en
primera persona
Desde el Concejo Deliberante platense, la titular de la
comisión de Salud, Raquel Krakover (Coalición Cívica), encabezó un relevamiento
en las 45 unidades sanitarias y el resultado fue “catastrófico”. Así le confiró
a Hoy el concejal del Frente Renovador, Luciano Sanguinetti, también integrante
de la comisión, quien habló de una situación “dramáticamente deficitaria, sin
cobertura médica las 24 horas y con un preocupante panorama edilicio”.
Según Sanguinetti, la gestión actual no avanzó “en nada”
sobre la iniciativa de Krakover, que propone revertir esta situación
“escuchando a los trabajadores de la salud, médicos y enfermeros que son los
protagonistas que, a diario, luchan contra la falta de insumos, la mala
infraestructura y los problemas de inseguridad”.
Fue este diagnóstico, precisamente, con el que se encontró
nuestro medio al recorrer algunas de las “salitas”. Por ejemplo, la Nº 7, de
Villa Elvira, donde todavía esperan ansiosos la llegada de un sillón
odontológico. De hecho, actualmente trabajan con uno heredado del Hospital de
Niños, donde se le dio de baja por obsoleto.
En el centro de salud Nº 42, de San Carlos o en el Nº3, de
calle 45 entre 146 y 147, la humedad, el cielo raso deteriorado y vidrios rotos
por los que se cuela el frío hablan por sí solos.
En unidades sanitarias como las de Tolosa o City Bell, los
cortes en los suministros de gas y luz son frecuentes, por lo que las vacunas
corren riesgo de perder la cadena de frío.
“Como si esto fuera poco, también tenemos pérdidas de agua”,
completó el jefe del centro de salud Nº 17, de City Bell, Marcelo Bossia.
En el Nº44, de Los Hornos, la historia se repite: “Hay baja
tensión y no podemos enchufar los artefactos. También tenemos problemas de
humedad y pocos insumos”, confirmó la trabajadora social de ese centro, Laura
Cecilia Gómez, quien además se mostró preocupada por la “inseguridad creciente;
ya nos robaron tres veces y la última golpearon a la enfermera de turno, por lo
que decidimos suspender el servicio nocturno”.
En tanto, todos coincidieron en la “precarización laboral y
la ausencia de un sueldo digno”, según resumió la jefa del centro Nº25, de
Ringuelet, Susana de Abasolo, quien agregó que “todo el mundo se llena la boca
diciendo que en los centros de salud tienen que estar los mejores profesionales
porque es el primer nivel de la salud. Lo cierto es que los centros quedan
chicos, faltan consultorios, profesionales y obviamente un mejor salario”. Así
reclaman desde hace seis meses, cuando el intendente Julio Garro asumió el
compromiso de “recuperar” las 45 “salitas” municipales que hoy, como las
imágenes lo demuestran, están olvidadas y a la deriva