Informó el diario Hoy que Ariel Calfucurá es un museólogo y
actor radicado en el barrio platense de Villa Elvira. Su madre es de origen
italiano pero su padre es descendiente directo de Calfucurá, uno de los
caciques mapuches más respetados y memorables de la historia argentina, leyenda
nacional que combatió en las guerras civiles de la época de Rosas y sobre la
que se crearon numerosas fábulas que alimentan su mito. Se decía, por ejemplo,
que tenía dos corazones o que tenía a su servicio un jinete fantasmal que lo
ayudaba en las batallas.
Su ilustre ascendencia llega también al beato Ceferino
Namuncurá, nieto del caudillo Calfucurá. Ceferino fue un joven salesiano nacido
en Río Negro cuya devoción popular se fue difundiendo desde mediados del siglo
XX por toda la Argentina en base a decenas de milagros, entre los que la Santa
Sede reconoce el producido a una joven cordobesa de 24 años, Valeria Herrera,
enferma de un cáncer de útero terminal que, tras rezarle a Ceferino, fue curada
milagrosamente. Esto logró que, hacia el año 2007, el por entonces Sumo
Pontífice, Benedicto XVI, lo nombrara oficialmente
beato. Ariel expresa, sin embargo que “Ceferino hizo un
montón de milagros más. Hay muchos otros casos de personas que aseguran haberse
recuperado de una enfermedad rezándole a Ceferino, el Indio Santo”.
En base a esta genealogía familiar y a su devoción por la
cultura mapuche, Ariel fue nombrado cacique de la comunidad “General Juan
Calfucurá” de la ciudad de La Plata, entidad reconocida oficialmente que fue
recibida por el Presidente Mauricio Macri en un encuentro con distintas
comunidades, efectuado al iniciar su mandato.
En diálogo con Hoy, Calfucurá cuenta: “Como mapuche, no busco
más que prolongar y preservar nuestra espiritualidad, conectada a la tierra y a
la naturaleza”.
Ariel trabajó como organizador del pasado mundial de Brasil
para la FIFA y, en razón de esto, fue convocado por el Comité Olímpico
Internacional para participar de la apertura y el cierre de los Juegos de Río
de Janeiro que empiezan en pocos días.
“Yo digo que soy actor profesional, porque me recibí
oportunamente, y por eso me llamaron para hacer una coreografía que va a ser
muy hermosa. Voy a estar al lado de Neymar, de Ginóbili, de Phelps, esto me
genera una gran emoción”.
Aunque Calfucurá asegura que no puede adelantar detalles del
evento, afirma que será “una ceremonia inolvidable, un sentimiento
coreografiado que contará toda la historia de Río”.
Rodeado por personas de todos los países y religiones,
Calfucurá explica que su conexión especial con la cultura brasilera se da
porque “ellos sienten de manera íntima al indio, lo respetan y lo valoran, es
algo arraigado a su visión del país. Los argentinos no somos así”.
A pesar de las noticias que llegan a la Argentina sobre las
fallas en la organización, el cacique dice que “los medios maximizan todo y
generan una sensación casi terrorífica. Yo quiero desmentir esto. Los Juegos
van a ser una fiesta”.