José “Coco” Lozano (85) vivía solo en una casa humilde de
las afueras de La Plata. El jueves, mientras tomaba mate con un amigo, dos
“motochorros” entraron a la propiedad con toda violencia para robar. El
jubilado entregó lo poco que tenía: una billetera con algunos pesos y un
celular que ni siquiera era de alta gama. Pero el que no resistió fue su corazón:
poco después del asalto lo encontraron muerto, sentado en la misma silla donde
merendaba con su acompañante, tras sufrir un infarto.
El episodio ocurrió en 19 y 662, una zona semi rural del
barrio Parque Sicardi, en el sur de la capital bonaerense. De acuerdo con el
informe policial, los asaltantes entraron por la puerta a los gritos y
amenazaron al abuelo y el joven que lo acompañaba. El muchacho, de 26 años,
dijo a los policías que él logró escapar para pedir ayuda. Y que cuando regresó
a la casa el anciano estaba muerto. Los atacantes huyeron en la moto y anoche
todavía los buscaban.
Ayer, la fiscal que interviene en el caso, Ana Medina,
confirmó que la causa del fallecimiento fue un paro cardio respiratorio. El
cuerpo de la víctima no tenía golpes, de acuerdo con la pericia que hicieron en
el cuerpo forense.
Los investigadores tienen dudas sobre la participación del
joven que esa tarde estaba en la casa de Lozano. Por lo que contaron los
vecinos, se trataría de un “conocido” al que hacía tiempo no veían en el lugar.
Están tratando de establecer si tiene antecedentes, para despejar algunas
sospechas sobre él. Hasta hace unos años habían sido vecinos, pero el joven se
había mudado a la zona de Villa Elvira, a unas 40 cuadras de donde murió el
anciano.
Lozano tiene un hijo, pero no tenía vínculo frecuente con
ese familiar. Por eso no pudo aportar mayores datos.
Parque Sicardi es una zona alejada del centro, que ha tenido
un crecimiento inmobiliario en los últimos años por la venta de terrenos para
créditos hipotecarios. Esta semana, un grupo de vecinos organizó un encuentro
con autoridades policiales y municipales para reclamar por los recurrentes
casos de inseguridad. “Esto era un lugar tranquilo y en los últimos meses
tenemos robos y asaltos todos los días”, se quejó Soledad Medina, promotora de
la reunión.