En los últimos días la Municipalidad de La
Plata recibió la renuncia de varios integrantes del Gabinete y no se descarta
que se sigan sucediendo en los próximos días, originadas en problemas internos
y decisiones del propio intendente, Julio Garro, que no son acompañados por el
resto de sus funcionarios.
A la salida del secretario de Economía
comunal, Claudio Moyano, en las últimas horas se sumaron la renuncia del director
de Compras, Miguel Piperino, y Pablo Bolino, presidente del Ente Municipal del
ex Banco Ciudad.
Las uvas se caen de la parra nunca terminan
cayendo al piso en la mixtura oficialista y es por eso que los dos funcionarios
rápidamente encontraron ubicación en el entramado local.
La salida de Peperino será cubierta por la
contadora pública nacional Nélida Elena Jaca. Cuentan que fue el propio
Peperino quién le manifestó a su amigo, Julio Garro, su disconformidad con la
metodología de trabajo y de las compras forzadas a proveedores del estado
vinculados personalmente con el actual intendente.
Esquivando los llamados a licitación, la
actual gestión ha privilegiado hacer pequeñas compras a proveedores menores y
todos ligados por amistades particulares. Tal es así, que el personal municipal
de calle abandonó la vestimenta anterior para nutrirse de nuevos ejemplares
provistos por “un amigo de Garro de Capital” se comenta en los pasillos del Municipio.
Al parecer, este tipo de contrataciones
incomodó a Peperino quién en el último tiempo le hizo notar al titular del
Ejecutivo local su incomodidad para desarrollar el cargo y terminó exigiendo
otro sector luego de la comprar de mobiliario para las oficinas a una sola
empresa de la ciudad sin que se tengan en cuentas otras ofertas mejores.
Según se supo, el mobiliario le fue encargando en pequeñas
partidas a una sola mueblería local que tiene locales sobre avenida 13 y
avenida 44 de la ciudad. De esta manera, evitaron la licitación pública y tener
que sopesar los precios del mercado con una mejor oferta que quizás beneficie a
los vecinos pero no a los amigos del poder.
La otra renuncia en el Gabinete de Garro fue
la de Pablo Bolino, la cual se efectúo por propia decisión de éste último. La
relación entre Bolino y Garro siempre fue distante porque éste responde al
actual senador provincial, Juan Pablo Allan, que aunque quieran mostrar unión y
asados de camaradería, no tiene la mejor relación con el actual intendente.
Otra de las razones que movilizó a Bolino
deja su cargo fue la de acompañar a Allan en el gran proyecto inmobiliario y
comercial que viene organizando el PRO en los terrenos donde funcionaba la
Organización Fabril Argentina (OFA) en Villa Elisa, donde no solamente es impulsado
por el propio senador provincial, sino que cuanta con el aval y complicidad de
ex funcionarios brueristas que encuentran allí la posibilidad de morder en
alguna licitación o negociado.
La convulsión de Cambiemos a
nivel local se encuentra en ebullición en todos los eslabones de la cadena y
esto perjudica la gobernabilidad de Garro que definitivamente no cuenta ni con
el aval de Casa Rosada ni de la propia Maria Eugenia Vidal.