Vecino acusa que es blanco de robos y destrozos

Una familia de Villa Elvira se despertó, en las primeras horas del sábado, de manera atípica y en circunstancias dramáticas: un grupo de policías le tocó el timbre de su casa e, hizo sonar la sirena de un patrullero, para avisar de que se estaba incendiando un vehículo en el garage del domicilio, situado en las calles 120 y 74.
Así lo hizo saber ayer a este diario el dueño de esa vivienda, Miguel Angel Martino (51), quien fue el primero en salir -a las 5.20 de la mañana- a ver qué ocurría y se encontró con su Chevrolet Meriva, modelo 2007, con llamas en buena parte de su carrocería.
“Después vinieron bomberos de Villa Ponsati y combatieron el fuego. Actuaron rápido. Pero igual se quemó más de la mitad del vehículo”, señaló Martino resignado.
Con todo, consideró que esa desgracia, reflejada en serios daños materiales, pudo haberse magnificado “si las llamas hubiesen tomado al tubo de GNC y al tanque de nafta del coche”.
Podría haber explotado (la Meriva) y habría provocado una tragedia”, conjeturó.
Martino agradeció que “la Policía pasó justo por la cuadra de casa, observó la situación y nos tocó el timbre. Pero como dormíamos y no escuchamos el llamado, después hicieron sonar la sirena del móvil y eso fue lo que me despertó. Hasta uno de los efectivos quiso apagar el fuego con una manguera de mi casa, aunque no lo hizo, porque le dije que podría quemarse”.
Según el relato del damnificado, “quiero destacar también que los bomberos llegaron antes de que de mi vehículo no quedara nada. Inclusive evitaron que las llamas además se propagaran al resto de la casa”.
La camioneta incendiada en una casa de 120 y 74. Sus dueños dormían a escasos metros. Se salvaron de milagro
UNA DENUNCIA Y SOSPECHAS
Luego de mencionar que, además de las consecuencias del incendio, también le habían robado dos baterías para autos, Martino hizo públicas sus sospechas sobre el ataque y otro ocurrido hace un par de semanas en el mismo lugar.
En tal sentido, mencionó que el mes pasado “llamé por teléfono a para denunciar que, desde fines de marzo, los barrenderos no pasaban por la cuadra”.
Acotó que “la persona que me atendió me pidió, como es habitual en estos casos, mi nombre y apellido y el número de documento de identidad”.
Martino aclaró que “no quiero decir con esto de que el robo que sufrí el mes pasado y, el incendio de mi vehículo, haya sido una represalia por esa simple denuncia”.
“Pero me llama la atención de que luego de mi reclamo, a las dos semanas siguientes me ingresaron a casa a robar cuando no estábamos y ahora sufrimos este otro ataque. No sé qué pensar”, completó desorientado.
Sobre el escruche en su domicilio, indicó que “nos entraron a las dos de la tarde, por una ventana, y se llevaron 600 pesos y un frasco de Rivotril (psicofármaco). Es raro, hace 10 años que vivimos acá y nunca habíamos tenido ningún problema”.