El 45,6 por ciento de los niños platenses de 3 a 5 años no
va a la escuela pública. ¿Eso quiere decir que todos esos chicos van a
establecimientos privados? No, ya que los privados hace por lo menos cuatro
años que están saturados y con listas de espera que se comienzan a confeccionar
alrededor de julio de cada curso lectivo. La razón es que en el nivel inicial
no hay vacantes para todos, y si bien el problema afecta mayormente a los
pequeños de 3 años, también alcanza a muchos de 4, edad obligatoria para iniciar
la escolarización en la provincia de Buenos Aires desde el 2007. También hay
listas de espera en los jardines públicos.
Eso lo admiten incluso en la cartera educativa bonaerense,
aunque allí niegan que en La Plata falten bancos para alumnos de 4 años. Dicen
que hay listas de espera porque muchos padres no logran anotar a sus hijos “en
el establecimiento que quieren o en el más cercano a su domicilio”. No
obstante, las autoridades conceden que crear una plaza para cada niño de 4
-siempre contemplando el distrito en su conjunto sin sopesar las zonas críticas
que contiene- fue un trabajo que recién terminó este año, siete ciclos lectivos
después de la sanción de la ley de Educación provincial 13.688 que fijó la
obligatoriedad desde esa edad. Así las cosas, asegurar la enseñanza inicial
desde los 3 y garantizar que todos los chicos de 4 y 5 cuenten con un jardín
cercano a sus hogares aparece como una de las principales deudas del sistema
educativo. Y es que la problemática afecta básicamente a los sectores sociales
más vulnerables, donde los casos de niños que llegan a la sala de 5 sin pasar
por las secciones previas, o que incluso inician la primaria sin pasar por el
jardín, son más numerosos de lo que se cree.
“FALTAN 73 JARDINES”
Un informe elaborado por la Asociación Civil Alere, un
centro de estudios platense sobre educación pública, asegura -basándose en
datos oficiales- que en La Plata “faltan 73 jardines de infantes de 7 secciones
cada uno si se quiere absorber a la totalidad de la población de 3 a 5 años”.
Cabe aclarar que el estudio se aboca exclusivamente al sistema público de
enseñanza. En ese contexto, detalla que en la Ciudad hay 87 establecimientos de
nivel inicial que cuentan, en conjunto, con 611 secciones o “salitas” que
albergan a 16.332 niños de 3 a 5 años.
La matrícula promedio por sección es, entonces, de 26,73
alumnos. Luego se basa en la población platense de esa franja etaria. Según el
censo 2010 ascendía a 29.137 niños. Ese número proyectado al 2012 de acuerdo a
la metodología de proyección oficial sube hasta 30.038. Por lo tanto, si hay
30.038 chicos de 3 a 5 años y a los jardines estatales van 16.332, ello implica
que 13.706 “no van a la escuela pública”. En porcentajes, el 54,37 por ciento
concurre a los establecimientos de gestión estatal y, como se indicó, el 45,63
por ciento no lo hace
. Tras resaltar que los datos del informe “surgen de la
planta orgánica funcional de cada escuela (POF), que está cargada en la web
oficial de la dirección general de Educación bonaerense”, el ex titular del
Consejo Escolar platense e integrante de Alere, Alberto Darhanpé, acota que
“además coincide con los cupos del servicio alimentario escolar, que para los
jardines de infantes es obligatorio”. Dicho eso, el ex presidente y actual
funcionario del Consejo afirma que “las zonas más críticas son Los Hornos,
Romero, Villa Elvira, Altos de San Lorenzo y Abasto”. “Allí se concentra la
mayor necesidad de jardines”, dice, y recuerda que “los últimos tres edificios
que se construyeron de cero, sin incluir ampliaciones o inmuebles nuevos para
establecimientos preexistentes, datan del 2011, 2012”. Son los jardines 984 del
barrio UPCN (7 y 89), el 985 de Altos de San Lorenzo (19 entre 84 y 85) y el
986 de Los Hornos (146 entre 58 y 59). “Se está muy por detrás de la demanda, y
en los centros educativos públicos hay listas de espera.
Encima, luego no se hace un seguimiento de los chicos que
figuran en esas listas”, asevera. La inspectora jefe Regional de Educación,
Maite Coradazzi, admite que “es cierto que hay listas de espera”, pero aclara
que “no es cierto que no hay vacantes en la ciudad de La Plata”. La funcionaria
se refiere exclusivamente a los niños de 4 y 5 años. Según indicó, el hecho de
que la Provincia haya sido “pionera” en implementar la obligatoriedad de la
sala de 4 en el 2007 “implicó un gran desafío al que se le fue brindando una
respuesta progresiva a través de distintas estrategias”, afirmó, y reconoció
que “la respuesta requerida se pudo dar entre el 2013 y el 2014”. ¿Cuáles
fueron esas estrategias? “Concentrar la atención en los alumnos de 4 y 5 por
sobre los de 3”, señaló Coradazzi, y añadió que también se apela mucho a las
salas multiedad, donde conviven chicos de distintas edades. Si bien apuntó que
ese tipo de secciones prevalecen en los jardines de la periferia, pues los del
casco urbano “son más grandes”, recordó que el Normal 1 llegó a implementar esa
modalidad. A propósito, la jefa regional opinó que “las listas de espera tienen
su origen en que la inscripción al nivel inicial es la primera que se abre, en
noviembre, y muchos padres anotan a sus hijos en más de un jardín”. “La
elección -dijo- se hace por tradición familiar, por el prestigio de la
institución o por la cercanía con el domicilio”.
Entonces se provoca, siempre de acuerdo a la versión
oficial, una saturación en ciertos establecimientos. Por ejemplo, en el centro
están a la cabeza “los tres normales”. Ahora bien, ¿qué ocurre con la familias
que no encuentran banco en el jardín del barrio o de la zona donde viven? “Se
hace un trabajo muy difícil, que encaran los equipos directivos y los de
orientación escolar, para ofrecerles jardines alternativos, se los guía, se los
asesora, se les explica que todos tienen los mismos programas y que todos
ofrecen una buena formación”, relata. La funcionaria asegura que Los Hornos y
Romero son las zonas más críticas, y resalta que en ambas localidades se inició
la construcción de sendos jardines nuevos. No coincide con la Asociación Civil
Alere en que Abasto entra en la lista de zonas con importantes problemas. Pero
los vecinos afirman lo contrario.