Los llamados “quemacoches” volvieron a actuar, esta vez en Villa Elvira. Sin embargo, el ataque casi termina en una tragedia: es que la camioneta que incendiaron estaba muy próxima a la casa de sus dueños, quienes se salvaron de casualidad. Sucedió en la puerta de la casa de Gustavo Villegas (51), ubicada en 121 y 74, donde estaba estacionada su Renault Traffic. A eso de las 4 de la madrugada todos los vecinos afirmaron escuchar una gran explosión. Sin embargo, nadie vio qué fue lo que la causó.
Fue la sirena de una patrulla policial la que despertó a todos, móvil que por pura casualidad pasaba por allí. Cuando todos salieron de sus casas, se encontraron con una gran columna de fuego que emergía del interior del vehículo. “Fue justo en la puerta de la casa, adentro estaban durmiendo mis viejos. Entramos de una con mi hermano a rescatarlos” contó Martín .
Aunque las llamas no se habían propagado hasta la vivienda todavía, el humo se extendía por toda la propiedad. “Si no entrábamos, mis padres se morían por asfixia”, agregó Martín, hablando sobre lo apremiante de la situación. Afortunadamente, más allá del susto y la horrible situación vivida, ninguno de los habitantes de la casa sufrió heridas.
Pero la camioneta ardió por completo. Y, aunque no estaba pegada a la casa, la deflagración la empujó hacia la puerta del inmueble e hizo temer a los propietarios. Luego de unos instantes, una dotación de bomberos llegó al lugar y, al cabo de una hora, controló la situación. Según reveló Martín, por lo que le contaron testigos, “fue un pibe que pasó en bicicleta, no sabemos si tiro una botella que entró a la camioneta, o si rompió un vidrio y la tiró directamente adentro. Fue maldad pura, no creo que haya sido un ataque puntual”.
Fue la sirena de una patrulla policial la que despertó a todos, móvil que por pura casualidad pasaba por allí. Cuando todos salieron de sus casas, se encontraron con una gran columna de fuego que emergía del interior del vehículo. “Fue justo en la puerta de la casa, adentro estaban durmiendo mis viejos. Entramos de una con mi hermano a rescatarlos” contó Martín .
Aunque las llamas no se habían propagado hasta la vivienda todavía, el humo se extendía por toda la propiedad. “Si no entrábamos, mis padres se morían por asfixia”, agregó Martín, hablando sobre lo apremiante de la situación. Afortunadamente, más allá del susto y la horrible situación vivida, ninguno de los habitantes de la casa sufrió heridas.
Pero la camioneta ardió por completo. Y, aunque no estaba pegada a la casa, la deflagración la empujó hacia la puerta del inmueble e hizo temer a los propietarios. Luego de unos instantes, una dotación de bomberos llegó al lugar y, al cabo de una hora, controló la situación. Según reveló Martín, por lo que le contaron testigos, “fue un pibe que pasó en bicicleta, no sabemos si tiro una botella que entró a la camioneta, o si rompió un vidrio y la tiró directamente adentro. Fue maldad pura, no creo que haya sido un ataque puntual”.