La edad promedio de los muertos supera los 50 años


Alguna esperanza quedaba anoche en la familia de Esteban Montes, de 21 años. La última vez, el martes a la noche, lo habían visto tratando de aferrarse a una soga de salvataje en un esfuerzo inútil frente a la fuerza de la correntada en el “Arroyo el Gato”, que atraviesa la ciudad y desemboca en la ribera de Ensenada.
No está en la nómina de los 51 muertos, que ya fueron identificados (ver “ La identidad de los...”).
Todos tenían entre 20 y 96 años, según informó ayer a la tarde el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal. El funcionario indicó que realizó un rastreo en 5.940 domicilios, “uno por uno”, y sostuvo que recibieron 110 llamados por personas desaparecidas, de los cuales 106 fueron halladas y 4 fueron reportadas como muertas.
Los más golpeados fueron los adultos mayores.
De las 51 víctimas fatales (24 mujeres y 27 hombres), 43 superaban los 50 años y 28 –más de la mitad– tenían 70 años o más.
Algunos ancianos, discapacitados, como la abuela que permaneció con su andador hasta el ahogo final en el comedor de su casa. Otro hombre, en Villa Elvira, de 64 años, con una renguera que lo limitaba, intentó cruzar la calle en búsqueda de ayuda. No llegó.
La mayoría de las 51 víctimas murieron ahogadas bajo el agua, arrastradas por la implacable corriente, “tragadas” por los remolinos de las bocas de tormenta, atrapadas en sus casas mientras intentaban que el agua no se lleve todo –mucho o poco– lo que tenían. Otros dieron la vida tratando de ayudas a familiares, amigos o vecinos.
Pero hubo otras tragedias, también inverosímiles. Como aquel hombre que empujaba su automóvil para correrlo del aluvión y terminó debajo del vehículo en el vuelco mortal. Otro fue empujado en un declive por el auto que sólo paró contra un árbol. Allí, la víctima encontró una prisión desesperante hasta que el agua tapó su cuerpo.