La desmanicomialización arranca en Melchor Romero



En el hospital Alejandro Korn, en una década las internaciones crónicas bajaron de 1.800 a 500. Y una sala destinada a pacientes neuropsiquiátricos se reutilizó para talleres que apuntan a la externación.


La provincia de Buenos Aires anunció este lunes un paso hacia la aplicación de la ley de Salud Mental que contempla la desmanicomialización, con la reutilización de una sala de internación crónica del hospital Alejandro Korn de Melchor Romero, que pasará a ser de internación un taller productivo para los pacientes. 

El anuncio fue realizado por el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, quien indicó que desde su cartera se está avanzando en "un plan gradual para cambiar el modelo de atención manicomial y crónico por internaciones lo más breves posibles y dispositivos de atención en la comunidad". Fue en una jornada en el hospital El Dique de Ensenada, donde se debatieron los pasos a seguir para la aplicación de la ley nacional 26.657. 

En se camino es que el Hospital Alejandro Korn logró hace pocos días convertir la llamada sala Maldonado, que llegó a albergar hace más de 40 años a 70 mujeres con causas penales, en un ambiente nuevo: un taller de producción de bolsas de residuos en el que participan los pacientes y se busca la integración con el mundo laboral y la sociedad. 

“El neuropsiquiátrico tradicional responde a un modelo de atención que hoy es obsoleto, porque esconde y aísla al paciente, lo estigmatiza y cronifica los problemas de salud mental”, explicó el ministro Collia.

El director del hospital, Egidio Melía, que actualmente tienen 500 pacientes crónicos internados. Pero apenas 10 años antes los pacientes llegaban a los 1.800. En los últimos 6 años se bajaron un promedio de 50 camas de larga estancia por año y se cerraron 4 salas: Grisinger, Cabred, Melendez A, y hace pocos días la sala Maldonado. 

“A partir del trabajo realizado en relación a la rehabilitación, externación e inclusión social se toma la decisión de cerrar la admisión en las salas de larga estancia”, explicó Melía y agregó que “el proceso de cierre siempre es progresivo: se priorizó la disminución de camas por sala, ya que algunas superaban las 70 camas, y el perfilamiento de salas para las personas de mayor edad”. 

En el caso de la Maldonado primero se pasó de ser una sala de mujeres a una de hombres, y debido a la política de inclusión, de régimen abierto y por las altas médicas, finalmente este año habían quedado 12 pacientes internados en una sala para 70. Entonces estos pacientes se redistribuyeron y la sala ahora forma parte del proyecto del grupo Andamiaje, un equipo de voluntarios que realiza talleres de huerta o de producción. En la sala ahora funciona un taller de bolsas de residuos.