Lamentable realidad se vive en Villa Elvira. La inseguridad es una sensación solamente para el Gobierno Nacional. Un vecino utilizó el término "me descuidé" al relatar cómo fue asaltado. Una cruda realidad de gente que no puede salir a la puerta de su casa. Una localidad con 100 mil habitantes que vive con miedo.
El Día - “Me descuidé”, admitió el hombre. El minuto que Daniel Mártire (50) se demoró en cerrar el portón del garaje fue aprovechado por dos ladrones para asaltarlo el sábado pasado, cerca de las 21.00, en su casa de 85 entre 119 bis y 120, en el Barrio Jardín.
“En la casa de al lado vive una señora grande, que estaba recibiendo un pedido de comida. Por eso me quedé esperando hasta que entrara”, contó la víctima.
En un momento, el hombre escuchó que alguien le decía “dale, dale”. Y al principio supuso que se trataba de algún vecino, que se acercaba a hablarle.
Pero en realidad era un ladrón, que lo obligó a quedarse quieto bajo amenaza de estar armado.
“Pensé en resistirme al principio, pero cuando vi que empuñó el arma que llevaba en la cintura, me controlé. Le dije que se quedara tranquilo”, reconoció Daniel.
El delincuente , de entre 25 y 28 años y con un cómplice esperándolo afuera en moto, cada vez se acercaba más hacia la puerta que comunica hacia el interior de la casa.
Fue por eso que el damnificado estaba decidido a evitar que el ladrón entrara en su vivienda, por temor a que lastimara a sus dos hijos.
ROBO LO QUE TENIA A MANO
Daniel consiguió que el ladrón no traspasara el garaje. No obstante, no pudo evitar que le robara las pertenencias que llevaba consigo al momento de llegar a su casa tras volver del trabajo.
“Al principio le di algo de plata que tenía. No se conformó y miró hacia adentro del auto. Ahí me obligó a darle también lo que había, el celular y la billetera con documentos, tarjetas de crédito y efectivo”, enumeró el hombre, que de inmediato agregó: “Tenía todo ahí. Voy a tener que andar con dos billeteras”.
A Daniel también le robaron la alianza de casamiento. Inclusive, el delincuente pretendió llevarse el vehículo de la víctima. “Agarró la llave del auto como para llevárselo. Pero un segundo antes de irse, tiró la llave y se escapó con su compañero”, relató el damnificado.
Adentro, la esposa de Daniel estaba con sus dos hijos, de 8 y 14 años. Ninguno de ellos sospechó que estaba ocurriendo un robo. “Mi mujer se pensó que estaba charlando con un vecino, porque me escuchaba hablar muy tranquilo”.
Sin embargo, cuando la mujer se acercó al garaje descubrió que a su marido lo estaban asaltando.
Luego del episodio, el hombre aseguró que reforzará la seguridad de su casa instalando un sistema de portón motorizado, algo que ya venía planificando hacer.
“Nunca tengo tiempo porque trabajo en el conurbano”, afirmó el hombre, que luego admitió: “De todas maneras, reconozco que me descuidé”.
“Siempre les digo a mis vecinos que tengan cuidado en estas situaciones. En el barrio ya ocurrieron este tipo de robos y lamentablemente esta vez me tocó a mí”, finalizó.