La cercanía entre Randazzo y Bruera no es nueva. El hombre de Chivilcoy fue el artífice del acercamiento del jefe comunal al kirchnerismo tras el traspié de las elecciones de 2009.
Es que recién por estos días Bruera comienza a tener señales concretas del grupo más cercano a Cristina Kirchner que sugieren la posibilidad de políticas comunes entre La Plata y la Casa Rosada.
En abril del año pasado y durante la previa a la campaña electoral, Randazzo y Juan Carlos Mazzón (uno de los principales operadores electorales del kirchnerismo) eran los únicos que mantenían contactos con el jefe comunal.
La movida del ministro del Interior desafiaba incluso la postura de La Cámpora que por entonces aseguraba que quien apoyaba a Bruera se convertía automáticamente en “un impostor".
La relación entre Bruera y el kirchnerismo había llegado a su peor momento tras la elección legislativa de 2009 cuando el intendente cuestionaba las decisiones de Néstor Kirchner e impulsaba una línea crítica dentro del peronismo.
Durante la campaña del año pasado, la agrupación de Máximo Kirchner siempre impulsó un vacío político a Bruera y jugó con Guido Carlotto en una lista promovida por el ministro de Justicia, Julio Alak, ex intendente de La Plata y enemigo acérrimo de Bruera.
El fracaso de la lista de Carlotto devino en un nuevo acercamiento entre Bruera y el kirchenrismo. A mediados de julio, el bruerismo tuvo su primer gesto concreto que ponía fin a un largo castigo: Fueron invitados formalmente por Presidencia a un acto en el Mercado Central en donde se entregaron subsidios a productores platenses. Pablo Bruera fue el encargado de recibir ese subsidio de manos de Cristina Kirchner.
Mañana será un nuevo capítulo con la presencia de un ministro que ganó poder en los últimos meses dentro del gabinete. Bruera y Randazzo caminarán juntos por Plaza Moreno y seguramente hablaran en privado sobre una nueva fase del acercamiento a la Rosada.