Alumnos de una técnica en original movida solidaria
Asistieron a chicos carenciados de una escuela primaria y a cambio les pidieron que hagan trabajos artísticos para un mural
Alumnos de la Escuela Técnica N° 5 de Villa Elvira desarrollaron un proyecto en el que utilizaron las nuevas tecnologías como medio educativo -y no como un fin en si mismo- y, a la vez, como disparador de una original movida solidaria. Apelando a sus celulares y netbooks reflejaron distintas problemáticas sociales, entre ellas, la de los niños carenciados. Luego, organizaron una gran colecta para proveer de elementos a los chicos de un colegio ubicado en una zona muy vulnerable. Pero como el objetivo no era hacer "beneficencia", pidieron a los pequeños de la primaria con la que trabajaron que, a cambio, les entreguen trabajos artísticos. Finalmente, con esas producciones realizaron un gran mural que hoy engalana las paredes de la secundaria de 76 entre 7 y 8.
Quienes idearon la iniciativa fueron los estudiantes de 3° 1°, último curso de la especialidad Construcciones. Y lo hicieron en el marco de la asignatura Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC). La profesora Sara Neiret explicó que "lo que se busca desde este espacio curricular es que los jóvenes usen las nuevas tecnologías como una herramienta de educación. Después del trabajo de todo el año, en el último trimestre la consigna fue que las utilizaran para reflejar las problemáticas que más los preocupaban de su entorno cotidiano", contó la docente.
Los adolescentes, de entre 17 y 18 años, se dividieron en grupos. Utilizaron el word para redactar la propuesta, los celulares para tomar fotografías y filmar videos, y el power point para realizar las presentaciones ante sus compañeros. "Abordaron diversos temas, como la violencia de género, el alcoholismo, los accidentes de tránsito y, entre otros, la pobreza infantil", enumeró Neiret, y resaltó que "todos podían expresar sus opiniones, ya que uno de los propósitos fue ejercitar el respeto por la diversidad de pensamientos y miradas".
Cuando se expuso el trabajo sobre la niñez desprotegida, los alumnos Belén y Priscila Lencina, Nara Cabrera, Damián Díaz y Gisela Gutiérrez "dijeron que se sentían mal debatiendo el tema y no haciendo nada al respecto", relató la profesora. Fue en ese momento cuando todos comenzaron a pensar qué podían hacer. Surgió la propuesta de la colecta -de ropa, útiles escolares, libros, alimentos y otros elementos- y se escogió como destinatarios a los niños de la Primaria 125, de 116 y 82.
No obstante, los jóvenes se preguntaron: "¿Donar así porque sí?". Y la respuesta fue "no". Nació la idea de un "trueque". En el marco de una jornada solidaria, los alumnos de la Técnica 5 se juntaron con los chicos de la Escuela 125, a quienes les organizaron juegos y les repartieron golosinas. Pero lo más original fue que los pequeños debían entregarles trabajos antes de tomar lo que necesitaban. Fue así que se llenaron cajas con dibujos, flores, corazones, señaladores y todo tipo de creaciones, con las cuales se armó en la secundaria de Villa Elvira un enorme mural.
De ese modo, las nuevas tecnologías adquirieron otra dimensión. Celulares y computadoras sirvieron para aprender, para reflejar problemas sociales y para generar solidaridad, no beneficencia
Asistieron a chicos carenciados de una escuela primaria y a cambio les pidieron que hagan trabajos artísticos para un mural
Alumnos de la Escuela Técnica N° 5 de Villa Elvira desarrollaron un proyecto en el que utilizaron las nuevas tecnologías como medio educativo -y no como un fin en si mismo- y, a la vez, como disparador de una original movida solidaria. Apelando a sus celulares y netbooks reflejaron distintas problemáticas sociales, entre ellas, la de los niños carenciados. Luego, organizaron una gran colecta para proveer de elementos a los chicos de un colegio ubicado en una zona muy vulnerable. Pero como el objetivo no era hacer "beneficencia", pidieron a los pequeños de la primaria con la que trabajaron que, a cambio, les entreguen trabajos artísticos. Finalmente, con esas producciones realizaron un gran mural que hoy engalana las paredes de la secundaria de 76 entre 7 y 8.
Quienes idearon la iniciativa fueron los estudiantes de 3° 1°, último curso de la especialidad Construcciones. Y lo hicieron en el marco de la asignatura Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC). La profesora Sara Neiret explicó que "lo que se busca desde este espacio curricular es que los jóvenes usen las nuevas tecnologías como una herramienta de educación. Después del trabajo de todo el año, en el último trimestre la consigna fue que las utilizaran para reflejar las problemáticas que más los preocupaban de su entorno cotidiano", contó la docente.
Los adolescentes, de entre 17 y 18 años, se dividieron en grupos. Utilizaron el word para redactar la propuesta, los celulares para tomar fotografías y filmar videos, y el power point para realizar las presentaciones ante sus compañeros. "Abordaron diversos temas, como la violencia de género, el alcoholismo, los accidentes de tránsito y, entre otros, la pobreza infantil", enumeró Neiret, y resaltó que "todos podían expresar sus opiniones, ya que uno de los propósitos fue ejercitar el respeto por la diversidad de pensamientos y miradas".
Cuando se expuso el trabajo sobre la niñez desprotegida, los alumnos Belén y Priscila Lencina, Nara Cabrera, Damián Díaz y Gisela Gutiérrez "dijeron que se sentían mal debatiendo el tema y no haciendo nada al respecto", relató la profesora. Fue en ese momento cuando todos comenzaron a pensar qué podían hacer. Surgió la propuesta de la colecta -de ropa, útiles escolares, libros, alimentos y otros elementos- y se escogió como destinatarios a los niños de la Primaria 125, de 116 y 82.
No obstante, los jóvenes se preguntaron: "¿Donar así porque sí?". Y la respuesta fue "no". Nació la idea de un "trueque". En el marco de una jornada solidaria, los alumnos de la Técnica 5 se juntaron con los chicos de la Escuela 125, a quienes les organizaron juegos y les repartieron golosinas. Pero lo más original fue que los pequeños debían entregarles trabajos antes de tomar lo que necesitaban. Fue así que se llenaron cajas con dibujos, flores, corazones, señaladores y todo tipo de creaciones, con las cuales se armó en la secundaria de Villa Elvira un enorme mural.
De ese modo, las nuevas tecnologías adquirieron otra dimensión. Celulares y computadoras sirvieron para aprender, para reflejar problemas sociales y para generar solidaridad, no beneficencia