VIVO DE MILAGRO

Mi sobrino está vivo de milagro. La médica que lo atendió dijo eso: que fue un milagro que el tiro que le dispararon durante el asalto a mi kiosco no le haya afectado ningún órgano vital", le dijo ayer a EL DIA Sergio Ranzi, tío de la víctima y dueño de ese comercio donde ocurrió el sangriento episodio en la mañana del viernes último

"Mi sobrino está vivo de milagro. La médica que lo atendió dijo eso: que fue un milagro que el tiro que le dispararon durante el asalto a mi kiosco no le haya afectado ningún órgano vital", le dijo ayer a EL DIA Sergio Ranzi (53), tío de la víctima y dueño de ese comercio -ubicado en la calle 117 entre 73 y 74- donde ocurrió el sangriento episodio en la mañana del viernes último.

Tal como lo publicó este diario en su edición anterior, pasadas las 10.30, llegaron allí dos jóvenes de entre 23 y 24 años, a quien la víctima, Juan Pablo Pratto (28), decidió abrirles la puerta habitualmente cerrada con llave por la inseguridad, porque los conocía del barrio y por ser clientes.

Pero en esta última ocasión fueron con un objetivo muy diferente: uno de ellos le puso un arma de fuego en la cabeza al sobrinito de Pratto, de 9 años, lo que motivó la reacción de quien estaba atendiendo el negocio. Y tras trenzarse en lucha con los asaltantes, terminó siendo baleado en una mano, tras lo cual el proyectil entró en la zona baja del abdomen y le quedó en un glúteo.

EN LA CASA, CON REPOSO

Por otra parte, Ranzi dio a conocer que "si bien en principio lo iban a intervenir quirúrgicamente el mismo viernes, finalmente en el hospital se decidió darle el alta médica a las dos y media de la mañana de hoy (por ayer), ordenarle que haga un estricto reposo durante 15 días. Es para ver si en ese lapso la bala se encapsula en el glúteo, donde está alojada".

"Juan Pablo por ahora está muy dolorido y de persistir esta situación al cabo de los 15 días, entonces habrá que operarlo, según advirtieron los médicos", acotó.

Ranzi mencionó después que "enseguida saludaron a mi sobrino y sorpresivamente uno de los ladrones le apoyó el arma en la cabeza al sobrinito de Juan Pablo y entonces le dijo al que lo encañonaba al chico estás equivocado. ¿No ves que es una criatura?`. Y en un descuido del que lo tenía apuntado con un revólver calibre 22, el nene se le escapó. Y cuando el cómplice lo quiso agarrar, Juan Pablo le pegó una trompada y que lo tiró contra el que estaba armado".

"Y como éste le iba a disparar, mi sobrino le tapó el caño del arma con una mano y el delincuente le disparó. Se la atravesó y la bala se le metió debajo del ombligo e hizo un recorrido interno que finalizó incrustándosele en el glúteo izquierdo", puntualizó.