La exitosa experiencia de los créditos de buena fe

La crisis de 2001 encontró a Claudia de la Canal separada, con tres hijos y una economía familiar en estado crítico. Aunque hacía un año que se dedicaba a preparar y vender comida, todo lo que ganaba desaparecía en el intento por sostener su empleo. Entonces se enteró de que en la capilla de Villa Arguello estaban entregando unos microcréditos que no requerían otra garantía que la buena fe. El dinero no era mucho, pero el suficiente para arrancar un pequeño emprendimiento. Con aquel capital inicial, apoyo especializado y una alta cuota de trabajo propio, Claudia tiene hoy un servicio de catering con doce empleados.

La historia de Claudia es apenas una entre las cientos que ha hecho posible Manos Unidas en sus diez años de existencia. Inspirada en el Banco de los Pobres del bengalí Muhammad Yunus, esta organización ha otorgado ya unos dos mil microcréditos a familias platenses de bajos recursos y tiene una tasa de repago de la que sólo podrían jactarse muy pocas entidades financieras en nuestro país.

"El 90% de las personas a las que les otorgamos microcréditos, en su gran mayoría mujeres, los devuelven en tiempo y forma. Y esto se debe a que un alto porcentaje de los emprendimientos que apoyamos logra al cabo de un año multiplicar su capital inicial y ganar independencia", cuenta la doctora Marta Ansalas, la presidenta de Manos Unidas.

Creada por impulso de la Arquidiócesis de La Plata en un momento en que la crisis económica del país ponía a miles de familias en situación de desempleo, Manos Unidas arrancó con un fondo de apenas 3 mil pesos reunidos gracias a donaciones. Hoy tiene un capital movilizado de cerca de 200 mil, en gran parte producto de la propia dinámica de sus créditos.

COMO FUNCIONA

Aunque posee una sede en el centro de La Plata, Manos Unidas funciona a través de las parroquias barriales y con el apoyo de estudiantes de la carrera de Servicios Sociales del Instituto Lodigiani. Son ellos quienes se ocupan de recorrer cada barrio, conocer la situación de los vecinos e invitarlos a tomar contacto con la iniciativa.

"Estamos en El Rincón, Santa Ana, Savoia, Villa Castells, El Mercado, Villa Argüello, Villa Elvira, Los Hornos y San Carlos. En esos barrios organizamos reuniones regulares en las parroquias para que la gente sepa que tiene la posibilidad de acceder a un microcrédito que no les exige ningún tipo de garantías. Lo único que se les pide es que planteen un proyecto productivo y que destinen el dinero del préstamo exclusivamente a eso", explica Ansalas.

En Manos Unidas cada beneficiario decide por sí mismo el proyecto que quiere realizar y, de hecho, su espectro es muy variado: los hay en marroquinería, cerámica, tejidos, ropa y alimentos, artesanías y otros productos. "La idea es que cada quien vea lo que puede ofrecer. A partir de eso nosotros le ofrecemos los créditos, que son de entre 500 y 700 pesos, y el acompañamiento necesario para lograr los mejores resultados", menciona la presidente de la organización.

Como los microcréditos son de devolución semanal, el momento de pagar la cuota se convierte además en la oportunidad para recibir apoyo especializado. "Tenemos un coordinador en cada barrio que se reúne con ellos para ver cómo van sus emprendimientos. No se trata de controlarlos sino de advertir a tiempo si tienen problemas y brindarles apoyo a tiempo para que no se caigan", comenta Ansalas.

LOS CREDITOS

Más allá de que el dinero del crédito sólo puede destinarse al emprendimiento para el cual se otorgó, en Manos Unidas alientan a sus beneficiarios a que lo reinviertan en su negocio.

Después de haber cubierto el primer crédito, que se paga en seis meses, tienen la posibilidad de sacar otro; pero "siempre les sugerimos que reinviertan para seguir creciendo. Es así que cuando termina el año y hacemos el estudio de cómo les fue, muchos descubren que han cuadriplicado su capital y eso los alienta a seguir esforzándose", menciona la presidenta.

Si bien Manos Unidas no interviene en la comercialización de los productos, les ofrece a los beneficiarios un salón de exposición y ventas. Este funciona en la calle 5 N° 777, entre 47 y 48, de lunes a viernes de 9 a 13. Allí se puede tomar contacto no sólo con la gran diversidad de productos que ha hecho posible esta iniciativa, sino con las personas que la llevan adelante.

EFECTOS

Los efectos de los microcréditos que otorga Manos Unidas van más allá de la reinserción laboral de sus beneficiarios. A lo largo de los diez años que lleva la experiencia, su impacto ha sido significativo tanto en la calidad de vida como en el nivel de educación de los hijos de las familias con las que trabaja