Cansado de los robos cierra el local

"Me harté. La semana que viene lo vendo. Estoy cansado de estar todo el día trabajando para los ladrones". Para Cristian Catena (25), la ilusión de montar su propio negocio y prosperar económicamente en el corazón del barrio de Villa Elvira donde pasó toda su vida, duró apenas tres meses.

En diciembre del año pasado eligió la esquina de 13 y 78, a metros de su casa, para lanzarse en su emprendimiento y abrió un kiosco. Sin embargo, la delincuencia enseguida disipó su sueño: en ese tiempo le robaron tres veces.

Y ayer a la madrugada prácticamente se lo vaciaron. "Ya me cansé. Todavía no me recuperé del asalto anterior y ahora menos voy a recuperarme, si me llevaron todo", aseguró Catena, sin poder contener la bronca ante la sucesión de robos.

"NO SE COMO HICIERON"

Los delincuentes ingresaron al negocio durante la madrugada, después de violentar la cortina metálica con una barreta.

"Es increíble, levantaron la cortina de la esquina. Yo para ver cómo habían hecho la cerré y traté de abrirla con una barreta y no pude. La verdad que no sé cómo hacen", dijo Catena.

El robo se concretó entre las 00.30, que fue el horario en que el dueño cerró el negocio y las 09.00, cuando un allegado a la víctima pasó por el inmueble y vio que estaba abierto.

Al respecto, Catena dijo que "llegué y estaba todo revuelto. Yo creo que eran unos cuantos hombres, sino no podés con todo lo que se llevaron".

Precisamente, la víctima estimó que los desconocidos sustrajeron mercaderías y dinero por un valor que rondaría los 7.000 pesos, entre lo que había packs de gaseosas, golosinas, cervezas y cigarrillos.

Por si fuera poco, los asaltantes robaron también un televisor y un DVD, todo sin que los vecinos adviertan lo que estaban haciendo.

UN ANTECEDENTE DRAMATICO

Hace dos semanas, en el mismo negocio, se vivió un terrible momento, cuando un delincuente armado le apuntó con un arma de fuego a un nene de 9 años para asaltar el kiosco. Luego, le quitó pertenencias a sus clientes y encerró a todos en el fondo del local. Escapó corriendo con una bolsa llena de cigarrillos y nadie lo atrapó.

La única respuesta que encontró Catena a este complicado panorama es vender el kiosco. "Me colmó la paciencia. Tengo 25 años. Si me cansó desde ahora qué me queda para dentro de unos años más", sostuvo el joven al justificar su decisión.

"Fui a hacer la denuncia y no me dieron respuestas. Y volví a discutir con ellos", indicó Catena, quien el día del asalto anterior, molesto porque los efectivos no atraparon al delincuente, los terminó echando del comercio.

Ayer, la primer intención de Catena fue abrir el kiosco y trabajar para tratar de recuperarse. "Pero al fin cerré si me llevaron prácticamente todo. Ya lo decidí, lo voy a llenar de mercadería de nuevo y lo vendo, ya no tengo ganas de nada", concluyó desilusionado.