Es con relación a la denuncia de los vecinos de Villa Elisa y de un edil local respecto al accionar de fuerzas de choque vinculadas a la actual gestión comunal (sumado a otras denuncias de "aprietes" y vandalismo contra sectores de la oposición), y al informe del Tribunal de Cuentas que encontró irregularidades en los gastos del Intendente en su visita al Brasil de agosto de 2008.
A las denuncias de los últimos días, de patotas vinculadas con el círculo más cercano al Intendente, que habrían agredido a vecinos e incluso funcionarios de esta Municipalidad, se suma ahora un informe del Tribunal de Cuentas de la Provincia, donde denuncia al propio Intendente de excederse en los gastos durante su viaje a Brasil, cuestión que el Jefe Comunal no pudo justificar.
Por todo esto no puedo sentir menos que vergüenza por cómo se mansilla el buen nombre de nuestra ciudad, con cuestiones que no deberían ocuparnos a esta altura de los acontecimientos.
El tema de la violencia política es muy grave, y ya lo denunciamos un año atrás. Lo hemos sufrido, así como hoy lo sufren los vecinos de Villa Elisa, o quienes manifiestan en contra de alguna iniciativa oficial.
Pero también es igual de grave la sombra de duda que deja el informe del Tribunal de Cuentas de la Provincia, acerca del buen manejo de los fondos públicos por la actual gestión comunal.
La Plata, ciudad soñada y diseñada, pensada como modelo para el futuro; ciudad del conocimiento; capital de la Provincia más importante del país; baluarte de la educación, la ciencia, y la tecnología; referente continental en medicina y salud pública. No se merece mezclar su nombre con estas bajezas, indignas de su historia y de su futuro.
A las denuncias de los últimos días, de patotas vinculadas con el círculo más cercano al Intendente, que habrían agredido a vecinos e incluso funcionarios de esta Municipalidad, se suma ahora un informe del Tribunal de Cuentas de la Provincia, donde denuncia al propio Intendente de excederse en los gastos durante su viaje a Brasil, cuestión que el Jefe Comunal no pudo justificar.
Por todo esto no puedo sentir menos que vergüenza por cómo se mansilla el buen nombre de nuestra ciudad, con cuestiones que no deberían ocuparnos a esta altura de los acontecimientos.
El tema de la violencia política es muy grave, y ya lo denunciamos un año atrás. Lo hemos sufrido, así como hoy lo sufren los vecinos de Villa Elisa, o quienes manifiestan en contra de alguna iniciativa oficial.
Pero también es igual de grave la sombra de duda que deja el informe del Tribunal de Cuentas de la Provincia, acerca del buen manejo de los fondos públicos por la actual gestión comunal.
La Plata, ciudad soñada y diseñada, pensada como modelo para el futuro; ciudad del conocimiento; capital de la Provincia más importante del país; baluarte de la educación, la ciencia, y la tecnología; referente continental en medicina y salud pública. No se merece mezclar su nombre con estas bajezas, indignas de su historia y de su futuro.