La ermita de la Virgen de Itatí, de 83 a entre 10 y 11 b, sufrió un ataque vandálico y la imagen quedó destruida. Los vecinos del lugar, feligreses de la parroquia Cristo Rey y devotos de esa representación de María, definirán en los próximos días si es posible recuperar la escultura de casi un metro de altura o, en su defecto, tendrán que pedirle a la provincia de Corrientes que envíe otra figura en su reemplazo.
"En la madrugada de ayer -por anteayer- destrozaron a la Virgen. Rompieron el vidrio que la protegía y la destruyeron. Es la primera vez que nos pasa algo así. Hace once años que la había mandado el gobierno de Corrientes y ahora tenemos que pensar en cómo la vamos a recuperar", contó, afligido por el ataque a la ermita, Francisco Pedelhez, vecino del barrio Monasterio y presidente de la comisión Itatí.
Este miércoles se cumple un nuevo aniversario de la llegada al barrio de la Virgen de Itatí, que fue donada en 1998. Durante la ceremonia, que contará con la presencia del párroco de la iglesia Cristo Rey, el sacerdote Rubén Marchioni, la comunidad hará un acto de repudio a la agresión y se elevarán oraciones por la pronta recuperación de la imagen.
El culto a la Virgen de Itatí fue introducido en 1615 por el sacerdote franciscano Fray Luis Bolaños. Según la tradición, la imagen fue encontrada en el río Paraná por un grupo de pobladores guaraníes, quienes vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante. Fray Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de María y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes, que luego se comenzaron a denominar Itatí ("Punta de piedra", en esa lengua originaria).
Patrona y protectora de las provincias de Corrientes y Misiones, la Virgen de Itatí moviliza a miles de peregrinos cada 16 de julio. Guiados por la fe, llegan desde hace muchos años a la enorme basílica ubicada a pocos metros del río Paraná.
En el barrio Monasterio viven varias familias provenientes de Corrientes que residen en esta región. La presencia de la imagen en el pequeño parque de la zona resulta indispensable para esa comunidad religiosa.
"En la madrugada de ayer -por anteayer- destrozaron a la Virgen. Rompieron el vidrio que la protegía y la destruyeron. Es la primera vez que nos pasa algo así. Hace once años que la había mandado el gobierno de Corrientes y ahora tenemos que pensar en cómo la vamos a recuperar", contó, afligido por el ataque a la ermita, Francisco Pedelhez, vecino del barrio Monasterio y presidente de la comisión Itatí.
Este miércoles se cumple un nuevo aniversario de la llegada al barrio de la Virgen de Itatí, que fue donada en 1998. Durante la ceremonia, que contará con la presencia del párroco de la iglesia Cristo Rey, el sacerdote Rubén Marchioni, la comunidad hará un acto de repudio a la agresión y se elevarán oraciones por la pronta recuperación de la imagen.
El culto a la Virgen de Itatí fue introducido en 1615 por el sacerdote franciscano Fray Luis Bolaños. Según la tradición, la imagen fue encontrada en el río Paraná por un grupo de pobladores guaraníes, quienes vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante. Fray Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de María y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes, que luego se comenzaron a denominar Itatí ("Punta de piedra", en esa lengua originaria).
Patrona y protectora de las provincias de Corrientes y Misiones, la Virgen de Itatí moviliza a miles de peregrinos cada 16 de julio. Guiados por la fe, llegan desde hace muchos años a la enorme basílica ubicada a pocos metros del río Paraná.
En el barrio Monasterio viven varias familias provenientes de Corrientes que residen en esta región. La presencia de la imagen en el pequeño parque de la zona resulta indispensable para esa comunidad religiosa.