ADAPTAN CASA POR NIÑA CON LEUCEMIA EN SICARDI

Por diario Diagonales - Conmovidos por la difícil situación que sufre una familia cuya nena padece de leucemia, un grupo de vecinos de la zona de Parque Sicardi se movilizó para adaptar la casa que debió abandonar porque carece de las condiciones de habitabilidad necesarias para que la chiquita pueda realizar su tratamiento.Un grupo de voluntarios comenzó a refaccionar la casa de la familia Falcón -de la zona de 11 y 658- y una enfermera del barrio la hospeda desde algunos meses para que tengan un lugar digno donde vivir.En marzo de este año, Linda, de 9 años, recibió un diagnóstico de leucemia Linfoblástica, lo que provocó un vuelco en las vidas de la madre, Cecilia Falcón, y de su otra hija, Rocío, de 12. Cecilia desatendió su trabajo de ventas de flores y plantas que atendía en su casa y el único ingreso que percibe es la flaca pensión de su marido, que cobra a través del PAMI. Hoy, sobrevive gracias a la ayuda inconmensurable de sus vecinos.

REFACCIÓN. Cecilia Falcón y sus hijas habitaban una pequeña casa de Parque Sicardi, levantada casi por completo por la mujer. Es por eso que las ventanas dejaban entrar el frío, las puertas de chapa estaban mal colocadas y la falta de pisos y cielorrasos atentaban contra la rehabilitación de Linda. “Necesita un semi hospital en la casa. No puede haber ni humedad, ni ácaros, ni moho y debe estar calefaccionada permanentemente”, explicó Roberto Gómez de Saravia, uno de los vecinos que está trabajando en la refacción de la casa y que desde que se desató el drama de los Falcón, dona a la familia lo que gana como artesano. “Además, la nena necesita una habitación exclusiva para ella”, agregó Carolina Fonrouge, otra de las vecinas que cada veinte días, le entrega a Cecilia sus ganancias como vendedora de productos cosméticos. Un grupo de hombres del barrio, conocidos de Cecilia, iniciaron hace unos meses una verdadera tarea solidaria: se pusieron al hombro, sin ganar un peso, la ardua tarea de reconstruir la vivienda y de la construcción total de una habitación, exclusiva para Linda, para que pueda recibir el tratamiento que le indicaron los médicos del Hospital de Niños. Carolina se dirigió al baño de la vivienda para mostrar la falta de pisos y de cerámicos: “esto junta hongos todo el tiempo. Hay que hacer cielorraso y revestir las paredes, porque el agua se filtra por todos los cotados”, indicó la mujer. Roberto se mostró confiado: “Si Dios quiere terminamos la casa para la primavera, así pueden mudarse cuanto antes”, dijo.Además, los vecinos reservaron un pedazo de terreno para armar un vivero, para que Cecilia pueda retomar su actividad “sin tener que moverse de su casa”, ya que su hija requiere de atención y cuidados permanentes. Para darles una mano, trasladaron el puesto de plantas a la feria que el barrio realiza los segundos domingos de cada mes, y se turnan para atenderlo.

UN LUGAR. “Un día la ví muy mal a Cecilia, estaba muy nerviosa. Le dije que si necesitaba algo me lo dijera, que yo la iba a ayudar. Al día siguiente volvió a mi casa y me dijo: ‘vos me dijiste que si necesitaba algo te lo pidiera. Necesito vivir en un lugar en el que Linda se pueda recuperar’”. A Marta Álvarez se llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda aquel día en el que le abrió la puerta de su casa a la familia Falcón. Inmediatamente, destinó una habitación para las nenas y la mujer y mandó a parar la obra en construcción que tenía en marcha para que Linda no sufra los efectos de la construcción. Los ahorros también fueron a parar a la manutención de la familia devenida en cuatro integrantes a los que atender.Marta es enfermera del Hospital San Martín, y harta de las derivaciones inconducentes de la burocracia estatal, apela a la solidaridad de la ciudadanía para la recuperación de Linda y la posibilidad de vivir en un hogar digno.