Falleció la Sra. Isolina Nieves García de Domínguez
La llamábamos “Beba” como la bautizaron cariñosamente en su casa. Fue la madre de nuestros cuatro hijos, Rubén, Carlos, Daniel y Nelson, y a ellos les dedicó la vida porque decidió, como se hace en decenas de hogares, que una de sus más importantes funciones era estar cerca de los hijos tanta veces como fuera necesario.Ha fallecido la Sra. Isolina Nieves García de Domínguez, mi esposa, el 7 de abril a raíz de un infarto masivo que ocurrió en un tiempo muy breve. Tenía 81 años.Durante 60 años vivimos juntos. Fuimos amigos, compinches, esposos, padres, todo lo hicimos juntos, inclusive los viajes que programamos y un número importante de tareas profesionales, como aquella que nos llevó más de un año al exterior y donde nació nuestro último hijo.Estuvimos uno con el otro y nunca terminaré de agradecer a la vida la inmensa gracia concedida para hacerla feliz y para recibir de ella esta enorme felicidad que me dio cada segundo de su vida. Fue una gran mujer, una madre brillante, una fuerza valiosísima, una aliada pertinaz y consecuente en eso de construir un hogar y defenderlo contra cuanta amenaza intentara dañarlo.Venir a radicarnos definitivamente a Villa Elisa fue una genial decisión de los dos y aquí hemos vivido entre las grandes virtudes de esta tierra pampeana, negra, fructífera, generosa, de una múltiple diversidad de arbustos y árboles, algunos centenarios, en el silencio del día y la noche acogedora, en la atmósfera límpida y transparente, bebiendo el agua de la cuenca pródiga y siempre rodeados de verde, verde, verde, lo más cercano a un paraíso de los que nos ofrece la Madre Naturaleza de nuestro país.
La idea de crear una modestísima revista, con el propósito de devolver a la gente parte de lo que estábamos recibiendo, fue también una idea compartida, a partir del momento que el retiro me obligaba a replegarme en otro horizonte.Ya se cumplieron 17 años de esta aventura de Infu y, en todo momento, “Beba” estuvo bien cerca de mí en cuanta tarea hubiera que hacer, en el taller que alguna vez funcionó en casa, en la administración económica, en la dirección legal de la revista. Fue mi colega en más de una nota, y tanto tomaba nota como registraba una foto.No es fácil dar contenido informativo a un medio, pero tuvimos claro que “Infu”, dentro de su humilde presencia local, debía servir a las causas necesarias para mejorar la calidad de vida de la gente de Villa Elisa. “Beba” nunca dejó de sostener esta tesis y con ella analizábamos cuestiones muy urticantes como la desnutrición infantil y el hambre, el derecho ciudadano a elegir al delegado, la rígida atención de la salud en las “salitas”, la futura apertura de Villa Elisa a una mayor autarquía para crear fuentes de trabajo y combatir todo lo que fuera el fraude del asistencialismo que degrada y hambrea.Siempre vivió preocupada por nuestra seguridad, pero estaba de acuerdo que si Infu bajaba sus defensas otros males ocuparían los espacios abandonados.Era la madrina de la bandera instalada en la plaza central de Villa Elisa, y hasta allí fue el cortejo, con el féretro cubierto por una enseña nacional, para recibir y rendir homenaje por última vez. He perdido a mi mujer, mis hijos han perdido a su madre, los familiares y amigos la han perdido a ella, y el hecho es absolutamente doloroso e irreparable. Sólo me cabe una interpretación de lo que ella era, sentía y pensaba. La estoy escuchando. Ella está en mí, yo estoy en ella.Teódulo Domínguez