UN INCENDIO QUEMO MAS QUE UNA VIVIENDA


Los diarios del domingo describieron una tragedia más. Esta vuelta, un incendio había destruido una humilde vivienda en 5 e/ 76 y 77. Una familia perdió todo.

“El siniestro, cuyas causas se intentan determinar, ocurrió poco después de las 18.00 en una finca de la calle 5 entre 76 y 77, construida en madera y chapas. Sólo el baño y la cocina eran de material, aunque también fueron afectados por el paso del fuego. Un bombero que trabajó en el lugar remarcó que "no quedó nada". Por eso el dolor de los damnificados, que se quedaron con lo puesto y en la calle. Trabajaron bomberos de la localidad y del Cuartel Central La Plata, personal de la comisaría octava y del Grupo Motorizado, prestaron colaboración y despejaron la zona para permitir el desplazamiento de las autobombas y de sus equipos de emergencia. Por suerte nadie resultó lastimado”. En la vivienda habitada por Guillermo y Ariel, junto a sus parejas, se habría iniciado el fuego en la pieza del primero. Los jóvenes vecinos, arreglaban una moto en el patio trasero de la vivienda cuando vieron los hilos de fuego que surcaban el patio de la precaria vivienda que alquilaban en 5 / 77 y 78.
No tuvieron tiempo a nada. De un golpe el destino les arrebató todo. Se quedaron con lo puesto. Los vecinos están recolectando lo que pueden para estos dos jóvenes trabajadores.
Ariel es recibido en la Facultad de Bellas Artes, oriundo de Alberdi, trabaja junto a Guillermo en distintas actividades relacionadas con la construcción. Este año tenía pensado anotarse para dar clases. La familia de Ariel, quiere que vuelva a su pueblo porque “ahí va a estar mejor”. Su novia, la ciudad y la intención de crecer en lo suyo le abren otras puertas que su pueblo natal no podrían darle. Hoy no le quedó ni un pincel.
La historia de Guillermo es más dura. De chico no había conocido a su madre. Su papá camionero lo crió junto a un amigo y hermanos de la vida, en la ciudad de Mar del Plata. Guillermo recuerda que Alberto Olmedo y Carlos Monzón, cada temporada jugaban a la pelota con ellos en la plaza del barrio y luego invitaban a los chicos a tomar la leche. Otros actores también participaban; hoy no los recuerda.
El cartonero Baez cuando declaró en el caso que se le llevó adelante al ex campeón de boxeo, Carlos Monzón, por el asesinato de Alicia Muñiz, llevó a Guillermo a declarar en la causa. En ese entonces, Baez declaró que le contó lo sucedido al papá de Guillermo. Cuando el juicio se desarrollo su padre había fallecido. Fue de ese modo que la mamá supo que su hijo vivía y se fue a Mar del Plata a buscarlo.
Guillermo no se acostumbró a la convivencia con su madre y se dedicó a vender golosinas en el tren y pasar las noches en la vieja casilla de Pedro Benoit en el parque Saavedra. Fueron años duros donde un cartón era su colchón y un plástico su ventana.
Por medio de conocidos se acercó al trabajo de la construcción y gracias a sus primeros sueldos pudo acceder a una pequeña pieza en una pensión cerca de la Estación de 1 y 44.
Con el correr del tiempo conoció a su novia y también a un grupo de estudiantes del interior, entre los que estaba Ariel, quiénes le inculcaron que tenía que estudiar. Terminó la primaria, hizo la secundaria y se anotó en la facultad.
El trabajo o el estudio hicieron que tome partida por el primero sin abandonar las ganas de seguir cultivando su intelecto. La idea de formar una familia lo llevaron al concubinato. Para ahorrar gastos, su gran amigo en la ciudad de las diagonales, compartió la vivienda.
De cero, sin nada, con muy poco, crecieron y sufrieron palmo a palmo. En base al esfuerzo y el trabajo pudieron comprar de a poco todo lo necesario para el hogar.
Un incendio les quemó todo. Es como si al momento de leer esta nota, el lector mire a su alrededor y luego todo ya no esté. Los ahorros se quemaron al igual que las herramientas. Hoy los luchadores de la vida necesitan una mano y un barrio se está movilizando para ayudarlos. Un incendio quemó todo lo material y quizás los sueños de pibes laburantes.