Un importante proyecto que busca recrear las condiciones de años atrás, cuando los niños comían en su casa y en la misma mesa de sus padres, fue presentado por la Interactiva Almafuerte en el Concejo Deliberante.
La idea consiste en persuadir a un número interesante de padres en la creación de huertas y, al mismo tiempo, que están huertas puedan recibir premios mensuales de 1000 pesos y otros cuatro menores. El premio final de año, se propone, sería de 10.000 pesos.La propuesta lleva el número 48011 y fue presentada en el Concejo el 12 de noviembre pasado por la Interactiva Almafuerte, entidad de Villa Elisa
A raíz de la iniciativa la entidad fue convocada por la comisión del Concejo para explicar a los concejales que forman el grupo, cuáles son los principios y que beneficios podrían generar si el gobierno municipal acepta poner en funcionamiento la propuesta.
Según el Art. 1° del proyecto “el gobierno municipal instalará en Arturo Seguí, como plan piloto en La Plata, la idea de recuperar la huerta familiar con el objetivo fundamental de rescatar a chicos que hoy se alimentan en comedores públicos para que esta acción importantísima la realicen en sus respectivos hogares”.En el artículo 2° se propone que “el gobierno tratará de utilizará este camino como una de las formas trascendentes de recuperar viejos valores, como el comer en la misma mesa todos los miembros de la familia y con ello la importante oportunidad de los padres, en esta circunstancia, de hablar, sugerir, responder preguntas, servir de modelos, es decir, mejorar la educación de sus hijos”. El artículo 3° propone que “el gobierno premiará cada mes a las cinco huertas más destacadas y entregará a sus autores un primer premio de 1.000 pesos; un segundo premio de 500 pesos; y tres terceros premios de 100 pesos. Se aclara luego que “estos premios se entregarán una vez por mes, 12 veces en el año, siempre a distintos ganadores. Es decir habrá 60 premiados en el año. En ningún caso el beneficiado recibirá el mismo premio dos veces, pero sí puede ser premiado en tres ocasiones en el año”.Recomienda que “el gobierno entregará un único premio de 10.000 pesos a la mejor huerta del año”, como acto final de la propuesta Para garantizar la ecuanimidad de las adjudicaciones de los premios se sugiere que “el gobierno firmará un convenio con la Universidad Nacional de La Plata para lograr
En otros términos, si el gobierno de Pablo Bruera considera que el proyecto es viable, se estima que unas 20 ó 30 familias de Seguí podrían participar de este concurso y, al mismo tiempo que llevan a la mesa vegetales cosechados en cada uno de estos hogares, los niños, en lugar de comer en el actual comedor de la escuela del lugar, lo harían en la mesa de su casa, junto con hermanos y padres.Si esta acción es generada en algunos hogares, se puede estimar que el acto de almorzar o cenar estaría complementado por la abandonada costumbre de alternar padres e hijos en la mesa, donde suelen surgir valiosas oportunidades de enriquecer la educación de los menores. Se recuerda que, en tiempos pasados, existían familias muy pobres también, pero no se perdía el vínculo familiar, de manera que el compartir el alimento en la misma mesa era también la oportunidad de educar a los hijos.
Esta educación en el hogar, que hoy prácticamente ha desaparecido, permitía corregir a tiempo conductas desviadas y el porcentaje de chicos con aciertos tanto en la escuela como en la vía pública era mucho mayor al actual. Por otra parte, no existía el criterio muy difundido hoy de la beneficencia como única ruta para subsistir, ya que el niño era criado con el concepto del trabajo como vía natural para el sustento diario.La decencia, la honestidad, el espíritu de solidaridad y aquella frase de que “cada uno debe ganar la comida que consume” eran fuertes valores que los padres defendían a ultranza, porque conducían a sus hijos por la vía del esfuerzo propio como enseñanza de vida sana y merecedora del respeto ajeno.El proyecto no persigue, en absoluto, una reforma trascendente de las actuales costumbres. Por el contrario, trata de rescatar pequeños porcentajes de chicos que, actualmente concurren a los comedores escolares y que muy bien podrían alimentarse en la mesa familiar.En Segui, por ejemplo, se informó que durante el año lectivo concurren unos 300 chicos, mientras en los meses de vacaciones lo hacen unos 120. Se comentó, en la puerta de la escuela con algunos padres que, una cosa es la comida colectiva que el Estado suministra a los niños, y otra muy distinta la comida preparada en el hogar del niño y con alimentos de su propia huerta.
Cabe destacar que la Interactiva Almafuerte ha conversado el año pasado con concejales del oficialismo y las dos minorías más importante, con el fin de lograr su apoyo en el momento que el proyecto se trate este año en el recinto. En todos los casos los ediles prometieron su apoyo para que la iniciativa sea aprobada y luego enviada a consideración del Departamento Ejecutivo.
La idea consiste en persuadir a un número interesante de padres en la creación de huertas y, al mismo tiempo, que están huertas puedan recibir premios mensuales de 1000 pesos y otros cuatro menores. El premio final de año, se propone, sería de 10.000 pesos.La propuesta lleva el número 48011 y fue presentada en el Concejo el 12 de noviembre pasado por la Interactiva Almafuerte, entidad de Villa Elisa
A raíz de la iniciativa la entidad fue convocada por la comisión del Concejo para explicar a los concejales que forman el grupo, cuáles son los principios y que beneficios podrían generar si el gobierno municipal acepta poner en funcionamiento la propuesta.
Según el Art. 1° del proyecto “el gobierno municipal instalará en Arturo Seguí, como plan piloto en La Plata, la idea de recuperar la huerta familiar con el objetivo fundamental de rescatar a chicos que hoy se alimentan en comedores públicos para que esta acción importantísima la realicen en sus respectivos hogares”.En el artículo 2° se propone que “el gobierno tratará de utilizará este camino como una de las formas trascendentes de recuperar viejos valores, como el comer en la misma mesa todos los miembros de la familia y con ello la importante oportunidad de los padres, en esta circunstancia, de hablar, sugerir, responder preguntas, servir de modelos, es decir, mejorar la educación de sus hijos”. El artículo 3° propone que “el gobierno premiará cada mes a las cinco huertas más destacadas y entregará a sus autores un primer premio de 1.000 pesos; un segundo premio de 500 pesos; y tres terceros premios de 100 pesos. Se aclara luego que “estos premios se entregarán una vez por mes, 12 veces en el año, siempre a distintos ganadores. Es decir habrá 60 premiados en el año. En ningún caso el beneficiado recibirá el mismo premio dos veces, pero sí puede ser premiado en tres ocasiones en el año”.Recomienda que “el gobierno entregará un único premio de 10.000 pesos a la mejor huerta del año”, como acto final de la propuesta Para garantizar la ecuanimidad de las adjudicaciones de los premios se sugiere que “el gobierno firmará un convenio con la Universidad Nacional de La Plata para lograr
En otros términos, si el gobierno de Pablo Bruera considera que el proyecto es viable, se estima que unas 20 ó 30 familias de Seguí podrían participar de este concurso y, al mismo tiempo que llevan a la mesa vegetales cosechados en cada uno de estos hogares, los niños, en lugar de comer en el actual comedor de la escuela del lugar, lo harían en la mesa de su casa, junto con hermanos y padres.Si esta acción es generada en algunos hogares, se puede estimar que el acto de almorzar o cenar estaría complementado por la abandonada costumbre de alternar padres e hijos en la mesa, donde suelen surgir valiosas oportunidades de enriquecer la educación de los menores. Se recuerda que, en tiempos pasados, existían familias muy pobres también, pero no se perdía el vínculo familiar, de manera que el compartir el alimento en la misma mesa era también la oportunidad de educar a los hijos.
Esta educación en el hogar, que hoy prácticamente ha desaparecido, permitía corregir a tiempo conductas desviadas y el porcentaje de chicos con aciertos tanto en la escuela como en la vía pública era mucho mayor al actual. Por otra parte, no existía el criterio muy difundido hoy de la beneficencia como única ruta para subsistir, ya que el niño era criado con el concepto del trabajo como vía natural para el sustento diario.La decencia, la honestidad, el espíritu de solidaridad y aquella frase de que “cada uno debe ganar la comida que consume” eran fuertes valores que los padres defendían a ultranza, porque conducían a sus hijos por la vía del esfuerzo propio como enseñanza de vida sana y merecedora del respeto ajeno.El proyecto no persigue, en absoluto, una reforma trascendente de las actuales costumbres. Por el contrario, trata de rescatar pequeños porcentajes de chicos que, actualmente concurren a los comedores escolares y que muy bien podrían alimentarse en la mesa familiar.En Segui, por ejemplo, se informó que durante el año lectivo concurren unos 300 chicos, mientras en los meses de vacaciones lo hacen unos 120. Se comentó, en la puerta de la escuela con algunos padres que, una cosa es la comida colectiva que el Estado suministra a los niños, y otra muy distinta la comida preparada en el hogar del niño y con alimentos de su propia huerta.
Cabe destacar que la Interactiva Almafuerte ha conversado el año pasado con concejales del oficialismo y las dos minorías más importante, con el fin de lograr su apoyo en el momento que el proyecto se trate este año en el recinto. En todos los casos los ediles prometieron su apoyo para que la iniciativa sea aprobada y luego enviada a consideración del Departamento Ejecutivo.